Cuando tenemos antojos de un capricho dulce nos vienen de perlas recetas como las que hoy os traemos en DAP, la tarta flor de pasta filo y crema de canela es perfecta para en poco menos de una hora tener un pastel en la mesa de quitarse el sombrero.
Bonito a la vista, jugoso y tierno al paladar, no le podemos pedir más a este sencillo postre, que además podemos tunear con el sabor que más nos guste infusionando la leche con distintos ingredientes, como vainilla, canela, cítricos o incluso una chispa de algún licor de nuestro agrado.
Para elaborarla solo necesitáis tener un molde que no sea desmontable, pues la masa final es muy líquida y se nos podría escapar en el horno, un batidor y un pincel de cocina. Fácil, ¿verdad? pues ya os vemos yendo al supermercado a por un paquete de pasta filo, lo demás son ingredientes básicos que se encuentran en cualquier nevera. Nosotros ya tenemos la nuestra esperándonos para el postre.
Comenzaremos pincelando cada lámina de pasta filo con mantequilla derretida. Seguidamente pincelamos también un molde que no sea desmontable de unos 23 cm de diámetro también con mantequilla derretida.
Después con cada hoja de pasta filo pincelada, hacemos una especie de tira doblando varias veces cada lámina en zig zag y vamos colocándola en el molde del centro hacia los bordes dandole forma de flor.
Precalentamos el horno a 175 grados y horneamos durante 15 minutos la masa.
Una vez que pase el tiempo, para hacer la crema, colocamos en un bol la leche y la canela. Calentamos la mezcla dos minutos en el microondas o al fuego.
Por otra parte hacemos una papilla con los huevos, el azúcar y la Maicena. Le añadimos la leche, removemos y vertemos la mezcla por encima de la masa, colándola previamentecon un colador y volvemos a hornear durante 20 minutos.
Espolvoreamos azúcar glas y disfrutamos en frío o caliente, como más os guste.
Lékué Duo redondo rojo Molde pastel, Silicona, 23 x 7 x 23 cm
Con qué acompañar la tarta flor de pasta filo y crema de canela
La tarta flor de pasta filo y crema de canela es perfecta tanto como postre como de pastel para una merienda. Si la servís después de comer, podéis montar un poco de nata con azúcar y disponerla al lado de la tarta. Sin embargo, de merienda, un buen chocolate caliente será el acompañamiento perfecto para este pastel delicioso.
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