El invento "acojonante" de Dabiz Muñoz que fusiona la cocina italiana y china y que puedes hacer fácilmente en casa

El triestrellado Dabiz Muñoz lleva días compartiendo en sus redes sociales el viaje por Singapur que han podido disfrutar en familia estas vacaciones de Semana Santa, y mientras tomamos nota de sus recomendaciones para comer bien en el país asiático nos conformamos con dar algo de exotismo a nuestra cocina casera.

Días antes de marcharse en su peculiar Pedrochos worldtour, el cocinero compartió con sus seguidores uno de los últimos platos innovadores que han pasado por la original carta de RavioXO, su local especializado en crear bocados inspirados en la cocina callejera asiática y que buscan sorprender con explosiones de sabores y texturas. En este caso tocaba presentar unas 'gyozas italianas', según las bautizó el madrileño.

Las gyozas son esa especie de empanadillas japonesas adaptadas de las chinas jiaozi, que suelen rellenarse de verduras, carne picada, pescado o marisco -o mezcla de varios de estos elementos, que pueden cocinarse a la plancha, al vapor o directamente en sopas. En países occidentales se han vuelto muy populares en la versión que se marcan en la base a la plancha y se terminan de cocer al vapor.

Dabiz Muñoz nos proponía en su vídeo un plato a base de gyozas preparadas de esta manera, acompañadas de 'torreznos bienmesabe' de patas soufladas de pularda -como emulando una tempura- y una salsa de curry andaluz. Pero la idea con la que nos quedamos para probar en casa está en la fusión de cocina italiana y asiática, ya que la masa de esas gyozas no son otra cosa que raviolis.

Por supuesto, en RavioXO hacen su propia masa de harina y un relleno que es gran parte del encanto del plato, con pularda asada a la brasa y verduras al gochujang, creando un relleno jugosísimo que estalla a chorro cuando el cocinero le hinca el bocado a la primera unidad tras mojarla en la salsa. Pero tanto con nuestros raviolis caseros como si usamos pasta fresca rellena comprada, la técnica de cocción es sencillísima.

Solo hay que darles a mano un poco la forma de las gyozas, creando esa especie de empanadilla de base más plana, y dorar los raviolis en una plancha o sartén con aceite, para después echar agua solo en el fondo y dejando que se genere vapor subiendo la temperatura y poniendo una tapa. O podemos pasarlos a una vaporera sin más.

En palabras de Muñoz, la textura de la masa de pasta italiana de harina de trigo, con el crujiente de la plancha y el cocinado al vapor, es “acojonante”.