La Guardia Civil ha logrado desmantelar una red criminal que operaba desde un matadero clandestino ubicado en San Fernando de Henares, en la Comunidad de Madrid. Esta organización se dedicaba a sacrificar animales, en concreto ganado ovino y caprino, sin ningún tipo de control sanitario.
Posteriormente, distribuían la carne resultante a varios restaurantes situados en zonas como Usera y el polígono industrial de Cobo Calleja, en Fuenlabrada. Además, vendían el producto de manera ilegal por internet, sin que los consumidores fueran conscientes de su origen ni de las condiciones insalubres en las que había sido manipulada.
La operación policial, bautizada con el nombre de “Pox”, ha finalizado con la detención de cinco personas implicadas directamente en el funcionamiento de esta trama.

Asimismo, otras doce han quedado bajo investigación por su presunta relación con las actividades delictivas. Las acusaciones que pesan sobre los implicados incluyen delitos contra la salud pública, maltrato animal, falsedad documental, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales.
Durante el transcurso de la investigación y las actuaciones posteriores, los agentes han llevado a cabo registros en diferentes localizaciones. Como resultado de estas inspecciones, se procedió al cierre preventivo de cuatro establecimientos de restauración que habrían estado sirviendo la carne procedente del matadero ilegal. En estos locales, no solo se encontró producto cárnico sin trazabilidad, sino también otros indicios de colaboración con la red desmantelada.
Uno de los hallazgos más alarmantes se produjo en las instalaciones del matadero clandestino. Allí se encontraron más de 350 animales en unas condiciones absolutamente lamentables. Muchos de ellos presentaban signos de desnutrición, enfermedades visibles y malformaciones físicas que impedían su recuperación. Debido al estado crítico en que se hallaban, se tomó la decisión de sacrificarlos de manera inmediata para evitar un mayor sufrimiento animal y prevenir posibles riesgos sanitarios.

En los registros también se incautaron diversos materiales y productos relacionados con la actividad ilegal. Entre los objetos intervenidos se encuentran 10.000 euros en metálico, documentos falsificados, crotales utilizados para manipular la identificación del ganado, dispositivos electrónicos, instrumentos destinados al sacrificio de animales y medicamentos veterinarios cuya procedencia no estaba justificada.
La investigación que ha desembocado en esta operación comenzó tras detectarse en 2022 una serie de brotes reiterados de viruela ovino-caprina en la región. A pesar de las medidas impuestas para contener la enfermedad, los casos seguían apareciendo sin una explicación clara.
Fue entonces cuando los investigadores comenzaron a sospechar que detrás de estos focos podría existir una red de tráfico ilegal de animales o carne. Las pesquisas condujeron finalmente hasta el matadero de San Fernando de Henares, epicentro de las actividades delictivas.
Imágenes | Guardia Civil