Vallisoletano de Camporredondo, donde el pinar y el cereal tiñen de oro y verde la meseta castellana. Ese era el origen de Luis Sanz Busto, fundador de la bodega Dehesa de los Canónigos, una de las iniciadoras de la DO Ribera del Duero, junto a su esposa Mari Luz Cid, que ha fallecido el 31 de mayo en Pesquera de Duero, su tierra adoptiva.
Allí llegó por amor a los 20 años, aparcando sus estudios de Medicina cuando conoció a Mari Luz Cid, cuya familia mantenía la propiedad de la finca de Dehesa de los Canónigos desde hacía décadas.
Amor compartido, por él y por Mari Luz, a un terruño que era al mismo tiempo finca agrícola y viñedo y que ya en los años setenta picó a Luis y Mari Luz, con el acicate de colegas enólogos, a elaborar su propio vino.
Sería en 1989 cuando Dehesa de los Canónigos alumbraría su primera añada, siendo desde entonces una de las bodegas que más ha contribuido a consolidar el nombre de la DO Ribera del Duero, fundada en el año 1982, pero también en dar dignidad al viticultor, algo de lo que siempre hizo gala Sanz, que vendía sus uvas a, entre otras bodegas, a Vega-Sicilia.
Sanz, al que la casta agrícola le venía de familia, sumó así la misma pasión que su esposa tenía por el campo. No en vano, Luis Sanz Busto sería presidente de la Comunidad de Regantes del Canal de Riaza desde el año 1983, entre cuyos hitos está el conseguir la modernización de las infraestructuras del Canal de Riaza.
Galardones a su trayectoria no han faltado desde entonces. En 2021 recibió el premio Reconocimiento Duero de Honor por su papel en el mundo del vino, en el marco del Duero International Wine Fest; en 2018 recibió el premio al Mejor Proyecto de Valladolid de La Posada y 2014 fue nombrado Alcaide de Honor del Museo del Vino de Peñafiel, entre otros muchos galardones. Además de haber sido honrado en 2024 la Fundación UEMC le premió por “toda una vida dedicada al vino, por su labor de 38 años al frente de la bodega y la pasión heredada por sus hijos”.
Con su legado, Dehesa de los Canónigos se ha consolidado como una de las referencias fundamentales para entender Ribera del Duero. Con presencia en más de 20 países, la empresa tiene una fuerte vertiente exportadora, algo en lo que siempre insistió Luis Sanz, del que tomaron el estilo Iván y Belén, sus hijos, al frente de la bodega con el mismo compromiso por la viña y la calidad de las uvas que aprendieron de su padre.
Reforzada también como una apuesta total y decidida por lo rural, Dehesa de los Canónigos es otra de las bodegas que más ha hecho por el enoturismo en la zona, acompasando al legendario caserío de la familia Lecanda que presiden la finca por un inmenso pinar donde Luis y Mari pasaron miles de tardes soñando con hacer grande a una bodega que hoy es referencia.
Imágenes | Dehesa de los Canónigos
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