Desde Directo al Paladar intentamos poner nuestro granito de arena para dar a conocer todas aquellas iniciativas que promuevan que nadie se quede sin un plato de comida. Ya os habíamos hablado en otras ocasiones de campañas solidarias y hoy queremos hacernos eco de otro proyecto llevado a cabo por la ONG Nutrición Sin Fronteras en la ciudad de Barcelona, “BCN compartix el menjar”, Barcelona comparte sus alimentos.
Esta organización sin ánimo de lucro consciente de las dificultades por las que está pasando gran parte de la población en el mundo, en nuestro país y más concretamente en la ciudad de Barcelona, ha puesto en marcha este proyecto para conseguir que mucha de la comida que iba a acabar tirándose llegue a los sectores más necesitados.
Se calcula que casi 180 kilos de alimentos por persona son los que se tiran al año, y de estos un 14% proceden de la hostelería, catering y de la restauración, entonces ¿por qué no gestionar de forma eficiente todos esos alimentos?
Precisamente es en esto en lo que se basa este proyecto solidario de Nutrición Sin Fronteras en Barcelona. La idea es aprovechar la comida cocinada que sobra en hoteles y establecimientos de restauración para hacerla llegar a entidades y comedores sociales, todo ello asegurando al máximo las condiciones de seguridad alimentaria.
Para ello cuentan con un equipo de profesionales como nutricionistas, dietistas, médicos, veterinarios, farmacéuticos y agrónomos, que trabajando en grupo consiguen que todos esos excedentes de alimentos lleguen a su destino y puedan ser repartidos con la máximas garantías.
Pero ¿cómo se realiza esta labor por parte de Nutrición Sin Fronteras?
El primer paso que realizan es contactar con hoteles, restaurantes y empresas del sector alimentario que quieran colaborar, elaborando un protocolo interno para almacenar y congelar los excedentes de comidas en el propio hotel o restaurante, y basándose en la infraestructura que cada entidad posea. Al mismo tiempo se seleccionan los comedores sociales cercanos a las empresas colaboradoras que van a ser los beneficiarios de estas ayudas.
Después, una vez a la semana y bajo un estricto control, se transporta por parte de Nutrición Sin Fronteras los alimentos cocinados bajo supervisión por personal cualificado y siempre con la vigilancia de puntos críticos que permiten que los excedentes de comida cocinada lleguen a su destino en las mejores condiciones, llevándose para ello a cabo un plan de trazabilidad, control de puntos críticos como la temperatura, así como analíticas periódicas por parte de un laboratorio independiente a lo largo de todo el circuito de los alimentos donados.
Una vez en el comedor social se reciben los alimentos y se preparan para su posterior distribución entre los más necesitados. Casi 5000 raciones de comida se han podido ya repartir entre los meses de septiembre a noviembre del año pasado, más de 500 kilos de alimentos procedentes de los restaurantes y hoteles colaboradores que hubieran acabado en la basura y que se prevé llegue a ser un total aproximado en todo un año de proyecto de 32.000 comidas, unas 120 comidas por día.
Este es un proyecto pionero que no cuenta con antecedentes en otros lugares lo que ha obligado a una exhaustiva labor de investigación para que todo salga bien. Y es que “BCN compartix el menjar” no consiste solamente en "dar lo que sobra", detrás de todas estas raciones cocinadas hay un equipo de grandes profesionales para que todo aquello que llegue a los comedores sociales se realice bajo unas estrictas normas de control y seguridad alimentaria.
Barcelona ha sido la primera en compartir sus alimentos, ahora todos deberíamos de colaborar para que esta iniciativa pudiera extenderse a otros muchos más puntos del país.
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