El verano y la jardinería mantienen una relación complicada. Por un lado, el sol estimula el crecimiento de muchas especies. Por otro, el calor extremo puede secar la tierra en horas y dejar a tus plantas al borde del colapso. En ese contexto, regar no es un gesto automático: es una estrategia.
El periódico Whasington Post ha hecho un recopilatorio de la mano de expertos para reunir los mejores consejos acerca de este asunto y las conclusiones son tremendamente claras.
Más no es mejor
El mayor error en esta época es creer que regar más es sinónimo de regar mejor. En realidad, lo que importa es cuándo y cómo lo haces. El riego ineficiente no solo malgasta agua: también puede estresar las raíces y favorecer la evaporación en lugar de la hidratación.
Elegir bien las horas
La clave está en ajustar los horarios. Lo ideal es regar a primera hora de la mañana o al anochecer (siempre es mejor la primera opción), cuando el sol no evapora el agua antes de que penetre en el suelo.
Ajustar el tipo de riego
Además del horario, conviene saber que un sistema de riego por goteo o manguera con difusor es mucho más eficiente que los aspersores descontrolados y derrochadores, en los que se pierde una mayor cantidad de agua.
Acolchar para evitar la transpiración
Mulching, acolchado o una capa de corteza también ayudan: retienen la humedad, protegen las raíces y reducen la frecuencia de riego. Es un truco simple con efecto visible y ahorro notable.
Conocer a nuestras plantas
En cuanto al tipo de plantas, no todas tienen las mismas necesidades. Las especies autóctonas o resistentes a la sequía requieren menos agua y soportan mejor los picos de temperatura. Rediseñar el jardín pensando en eso puede cambiar por completo la gestión del consumo hídrico.
Saber en qué suelo regamos
Lo mismo sucede con el tipo de suelo: no todos absorben el agua de la misma manera, así que es importante, a la hora de considerar este dilema, saber qué tipo de suelo tiene nuestro jardín o huerto.
Y si lo que quieres es ahorrar al máximo, reutiliza agua del aire acondicionado o del lavado de verduras (sin sal). Con un buen filtro y una regadera, se convierte en oro líquido para tus plantas sin afectar tu factura mensual.
Foto | Ashish y Kaboompics.com
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