Joana Costa
EditorA veces parece que el verano conspira contra los jardines. El calor aprieta, el sol no da tregua y muchas especies vegetales acaban marchitas antes de poder lucirse. Pero hay un grupo selecto que no solo sobrevive, sino que florece con entusiasmo bajo el sol directo, sin exigencias excesivas.
El mito de que las flores delicadas necesitan sombra ha quedado atrás. Existen plantas que fueron prácticamente diseñadas para resistir el pleno sol, capaces de convertir cualquier terraza calurosa o jardín expuesto en un espectáculo de color continuo durante toda la temporada estival.
No hablamos solo de cactus o suculentas. Hay flores de gran porte, formas vistosas y colores vivos que crecen felices con muchas horas de luz directa. Algunas incluso agradecen esa exposición, desarrollando colores más intensos o floraciones más prolongadas cuanto más sol reciben.
Lavanda
La lavanda, por ejemplo, es una de las reinas del verano. Su fragancia, su resistencia a la sequía y su facilidad de cultivo la convierten en una aliada infalible. Además, atrae polinizadores, perfuma el aire y se adapta tanto a suelo como a macetas.
Gaillardia
Otra imprescindible es la Gaillardia, una planta con apariencia salvaje y tonos cálidos, parecida a una margarita del desierto. Tolera muy bien el calor y el suelo pobre, floreciendo sin descanso hasta bien entrado el otoño si se le van retirando las flores marchitas.
Hibisco
El hibisco siríaco, también conocido como rosa de Siria, es ideal para crear setos floridos. Sus grandes flores en tonos púrpura, rosa o blanco soportan las temperaturas más altas sin perder su espectacularidad. Y lo mejor: es muy poco exigente en riego.
Portulaca
Entre las opciones tapizantes, destaca la Portulaca grandiflora, también llamada flor de seda. Sus flores diminutas pero intensamente coloridas resisten sequías prolongadas y se abren solo con la luz directa. Es perfecta para rocallas, jardineras o bordes.
Un jardín veraniego y vibrante no necesita sombra ni cuidados excesivos, solo elegir bien las especies. Con las plantas adecuadas, el sol se convierte en un aliado y no en un verdugo. El secreto está en apostar por lo que la naturaleza ya diseñó para resistir.
Foto | Mustafa Akın, Pixabay, Deniz Şengül y Nguyễn Tiến Thịnh
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