El árbol de jade, o Crassula ovata, es una planta suculenta conocida por su resistencia y fácil mantenimiento, lo que la convierte en una opción popular para hogares y oficinas.
Su capacidad para sobrevivir en condiciones de sequedad la hace ideal para quienes no tienen mucho tiempo para dedicar al cuidado de las plantas. Sin embargo, aunque el árbol de jade es robusto, no hay que olvidar que necesita atención para prosperar correctamente.
Uno de los aspectos más importantes en el cuidado del árbol de jade es el riego, una de las tareas que más dudas genera entre los aficionados a la jardinería, pues en ocasiones da la sensación de que este árbol es capaz de sobrevivir a todo sin ningún caso.
A pesar de su resistencia a la sequía, el árbol de jade no puede sobrevivir sin agua. La clave es encontrar el equilibrio adecuado, ya que un exceso de riego puede ser tan perjudicial como la falta de agua.
El riego del árbol de jade debe realizarse de forma esporádica, generalmente una vez cada dos semanas en invierno y cada siete o diez días en verano, cuando las temperaturas son más altas.
El riego debe ser más esporádico durante los meses más fríos, ya que la planta entra en una fase de latencia. Durante este tiempo, sus necesidades de agua disminuyen considerablemente. Es importante ajustar la frecuencia del riego según la estación del año para evitar problemas relacionados con el exceso de humedad, especialmente en invierno.
Raíces secas
El truco está en permitir que el sustrato se seque completamente entre riego y riego. Esto evitará que las raíces se pudran y asegurará que la planta mantenga su forma saludable.
A pesar de su necesidad moderada de agua, el árbol de jade es sensible al exceso de humedad. Es fundamental que el suelo drene bien, ya que el estancamiento de agua en la base de la maceta puede causar daños irreparables. Un sustrato adecuado es esencial para permitir que el agua circule correctamente y prevenir problemas como la pudrición de las raíces.
Además del riego, el árbol de jade requiere una exposición adecuada al sol. Aprecian la luz directa, pero no deben estar expuestos a los rayos más intensos durante todo el día, ya que esto podría quemar sus hojas. Una ubicación con luz brillante pero indirecta es ideal para que la planta se mantenga saludable y crezca vigorosa.
Así, aunque el árbol de jade es una planta robusta y resistente, no hay que subestimar la importancia de un riego adecuado. La clave para mantenerla sana y floreciente está en regarla con moderación, asegurando siempre un buen drenaje y ajustando los cuidados según las estaciones.
El árbol de jade, o Crassula ovata, es una planta suculenta conocida por su resistencia y fácil mantenimiento, lo que la convierte en una opción popular para hogares y oficinas.
Su capacidad para sobrevivir en condiciones de sequedad la hace ideal para quienes no tienen mucho tiempo para dedicar al cuidado de las plantas. Sin embargo, aunque el árbol de jade es robusto, no hay que olvidar que necesita atención para prosperar correctamente.
Uno de los aspectos más importantes en el cuidado del árbol de jade es el riego, una de las tareas que más dudas genera entre los aficionados a la jardinería, pues en ocasiones da la sensación de que este árbol es capaz de sobrevivir a todo sin ningún caso.
Foto | Lachlan Ross
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