Peculiar como ella sola, la piña es una de las primeras frutas exóticas en causar furor en Europa y que sigue a día de hoy manteniendo su iconicidad como fruto tropical por excelencia. Su dura coraza facilita los largos viajes que la separan de nuestros mercados, aunque también nos lo pone más difícil para degustarla tranquilamente en casa.
Antes de que la piña fresca se convirtiera en habitante corriente de fruterías y supermercados, el formato envasado triunfó como capricho dulce exótico asociado a un pretendido lujo accesible para cualquier familia humilde, con la todavía hoy popular piña en almíbar o en su jugo, más que válida para cocinar, aunque sin poder compararse con las cualidades de la fruta fresca en su punto. Cargada de propiedades saludables, ligera y con fama de digestiva, la piña sigue siendo muy apreciada y recomendable para disfrutar a cualquier hora.
Muchos la ligamos al invierno, quizá por la menor variedad de frutas estacionales respecto al verano y por ser típico postre festivo, aunque en realidad está disponible todo el año por su diversa procedencia. Conozcamos un poco más a esta deliciosa fruta y todo lo que tiene que ofrecernos.
Qué es la piña
La piña es el fruto de la planta del mismo nombre, que no se debe confundir con el pino. En España empleamos el mismo término, del latín pinea, por su semejanza en cuanto a forma o aspecto a las piñas del pino piñonero, mientras que nuestros vecinos los portugueses adoptaron el ananás americano, derivado del guayaní naná.
Así, la Ananas comosus es una planta herbácea de hoja perenne, de la familia de las bromiláceas o bromelias (Bromeliaceae), oriundas de diversas regiones templadas de América. Aunque muchas bromiláceas son epifitas -crecen sobre otro vegetal u objeto-, esta planta es muy vigorosa y vivaz que crece directamente sobre el suelo a partir de una base con forma de roseta, pero de porte escaso, sin alcanzar una gran altura.
Desarrolla en esa roseta unas hojas muy duras y apuntadas, afiladas, que pueden llegar a los 90-100 cm de longitud. En el centro crece un tallo erguido vertical, donde se desarrollan las inflorescencias en forma de espigas que se llenan de flores rosadas o violáceas.
El fruto surge a partir de la unión de varias bayas que se fusionan dando lugar a una infrutescencia ovalada de grandes dimensiones, achatada, de corteza muy dura formada por escamas y culminada con un penacho o corona de hojas afiladas y largas. Al crecer a partir del tallo, el núcleo central del fruto, la piña, es más duro y leñoso, mientras que la pulpa de alrededor es más carnosa y suave.
Origen, variedades y cultivo actual
Planta eminentemente tropical, la piña es originaria, según estimaciones, de alguna zona de Brasil, extendida por las regiones templadas americanas, cultivada y recolectada por los indígenas antes de las llegaba de los colonizadores.
Se dice que fue en la segunda travesía cuando Cristóbal Colón, al llegar a la isla de Guadalupe, recibió varios obsequios de productos locales y pudo degustar por primera vez para un europeo la piña tropical. Según cuenta Braulio Javaloyes Soto, esta fruta fue ya descrita y dibujada en 1513 por González Fernández de Oviedo en una carta enviada al rey Fernando, y la incluiría también en su libro 'Historia natural de las Indias', refiriéndose a ella como ananá.
Difundida por toda la cuenca superior del Amazonas y llegando hasta Venezuela, las Guayanas y Perú, a partir del siglo XVI se llevó su cultivo a Europa, donde apenas se han logrado cultivos rentables, y las zonas tropicales de Asia y África, principalmente de la mano de los portugueses.
Se distinguen tres variedades principales; Ananas comusus o piña común, Ananas sativus o piña sin semillas y Ananas lucidus de hojas sin espinas. Además existen diversos tipos de plantas seleccionadas.
Aunque a pequeña escala es posible incluso cultivar una planta en maceta en España, lograr una plantación comercial rentable que dé frutos aptos para su venta ya es otro asunto. Es muy sensible a las heladas, incluso las más ligeras, y sufre mucho estrés con los cambios térmicos. Además, la planta tarda unos 16 o 18 meses en dar un único fruto, que con suerte repetirá una o dos veces más antes de terminar su vida útil, de apenas unos cuatro o cinco años.
En España solo se cultiva comercialmente y casi como un producto de lujo en la isla de El Hierro, siendo casi toda la piña que nos llega importada de América. Los principales países productores a nivel mundial son Filipinas y Costa Rica, con cifras muy similares de exportación, seguidos de cerca por Brasil, Indonesia y China.
Propiedades y beneficios
La piña es una fruta con alto contenido en agua, azúcares naturales, vitaminas y minerales. Su contenido calórico ronda entre 50 y 60 kcal por cada 100 g de porción de pulpa comestible, con unos 80-85 g de agua, escasas proteínas y prácticamente nada de grasas. 100 g de piña aportan unos 10-14 g de hidratos de carbono, en torno a 1-1,5 g de fibra y el resto de azúcares naturales (fructosa, glucosa y sacarosa, principalmente).
En cuanto a sus micronutrientes, la piña sobre sale en su contenido de vitamina C, folatos y vitamina A, y particularmente en su aporte de potasio, magnesio y, en menor medida, fósforo y calcio. Es muy rica en ácidos orgánicos cítrico y málico.
Además, la piña es un alimento muy interesante por contener la enzima bromelina o bromelaína, capaz de romper las moléculas de proteínas, y es por eso que se emplea tanto a nivel industrial como en cocina para marinar y ablandar carnes o pescados, siendo así igualmente una gran ayuda para las digestiones si se toma como postre o guarnición, facilitando las digestiones más lentas o pesadas, y ligándose a la prevención de enfermedades como ciertos tipos de cáncer o ligadas a la inflamación.
No tiene efecto 'quemagrasa' y la absurda dieta de la piña no solo es inútil sino también peligrosa, pero sí que es un alimento perfecto para la alimentación de cualquier persona, y una gran aliada en dietas de adelgazamiento. Su poder saciante y efecto diurético, además de facilitar las digestiones, hacen que sea muy recomendable tomarla a cualquier hora.
Cómo usar la piña en la cocina
La piña se cosecha en su punto óptimo de maduración ya que no seguirá madurando una vez se ha separado de la planta. A pesar de que es resistente en la poscosecha, no conviene comprar ejemplares que estén alejados de la fecha de recolección, y siempre hay que fijarse en que sean frutos lozanos, vistosos, con las hojas verdes y lisas, la corteza firme y sin un olor fuerte a fermentado. También hay que comprobar que la base no tiene mohos o humedades.
Una vez en casa, lo mejor es conservarla tal cual en la nevera antes de cortarla, retirando si acaso las hojas más molestas, salvo que la temperatura ambiente sea suave y planifiquemos darle uso muy pronto. Eso sí, alejada de fuentes de calor y luz directa del sol.
En este tutorial detallado explicamos cómo cortar y servir la piña fácilmente, preparando un ejemplar entero y con diferentes cortes según el uso que queramos darle. Podemos también sacar rodajas directamente para ir degustándola en dos o tres días, siempre guardando la pieza en la nevera y tapando el corte con film.
La piña se puede tomar tal cual, cortada en cubos, triángulos o en láminas muy finas, podemos triturarla para hacer salsas, zumos, batidos o helados, y podemos cocinar con ella. Se emplea como cualquier otra fruta de carne firme, añadiéndola a masas de bizcochos, pasteles o galletas, salteándola con carnes, verduras o pescados, añadiéndola a los asados o cocinándola en brochetas a la plancha o barbacoa. Y por supuesto, es excelente para combinar con queso y jamón york o jamón cocido en una pizza o tosta.
Recetas con piña
Brochetas de cerdo caramelizado con piña
Comenzaremos la receta cortando la carne de cerdo y la piña en dados grandes. En un bol mezclamos el zumo de lima, la miel, la salsa de soja. la salsa sriracha y el jengibre. Removemos y añadimos los dados de carne y piña, mezclamos y dejamos marinar durante 15 minutos.
En unas brochetas de metal o madera insertamos un dado de carne, uno de piña, un dado de carne y un tomate cherry. Repetimos esta operación hasta rellenar la longitud de la brocheta.
Engrasamos con el aceite una sartén caliente y doramos las brochetas durante aproximadamente dos minutos por cada lado hasta que estén ligeramente caramelizadas. Servimos bien calientes.
Receta completa | Brochetas de cerdo caramelizado con piña
Seitán agridulce con piña
Ingredientes para 2 personas. 250 g de seitán, 1 pimiento verde pequeño, 2 dientes de ajo, 2 rodajas grandes de piña al natural, 15 ml de salsa de soja, 40 ml de vinagre de arroz, 30 ml de kétchup, 10 g de azúcar moreno, 1 cucharadita de maizena, 60 ml de agua, pimienta negra y aceite de oliva.
Elaboración: Mezclar en un cuenco la salsa de soja, el vinagre de arroz, el kétchup, el azúcar moreno y el almidón de maíz; añadir el agua y batir con unas varillas pequeñas o un tenedor, hasta que no queden grumos. Reservar. Mezclar en un cuenco la salsa de soja, el vinagre de arroz, el kétchup, el azúcar y el almidón de maíz; añadir el agua y batir con unas varillas pequeñas o un tenedor, hasta que no queden grumos. Escurrir el seitán y cortar en cubos de un bocado. Lavar el pimiento y cortar en cuadrados del mismo tamaño o un poco más pequeños, sin las semillas. Cortar las rodajas de piña igual, desechando la parte central si está muy dura. Laminar o picar el diente de ajo fino. Calentar un poco de aceite en una sartén y dorar el seitán a fuego fuerte un minuto. Añadir el pimiento, el ajo y la piña, y una pizca de pimienta. Saltear durante unos 7-8 minutos, removiendo bien con suavidad, y agregar la salsa. Dejar cocer a fuego medio-bajo hasta que la salsa reduzca y espese, sin dejar que llegue a hervir demasiado fuerte, menos de 5 minutos.
Receta completa | seitán agridulce con piña
Pizza hawaiana
Ingredientes. 1 masa de pizza, piña natural, jamón cocido, cebolla dulce, manteca de cerdo o aceite de oliva, mozzarella fresca, queso parmesano , grana padano o pecorino romano, tomate triturado o passata.
Elaboración. Encender el horno a máxima potencia. Como siempre que hagamos pizzas caseras, lo ideal es contar con una piedra para el horno, que hará que queden más crujientes. Así que vamos calentando todo. Pero para esta receta usaremos el horno en otra elaboración, pues vamos a asar la piña y la cebolla previamente. Pelamos y cortamos la piña en trozos pequeños, así como una cebolla dulce, que cortamos en juliana por la mitad. Esto lo vamos a asar en una fuente para horno o una sartén de hierro unos 10 minutos. Disponemos la masa en la encimera y le damos forma, con un rodillo si queremos una pizza más fina y crujiente o solo con la mano. Echamos primero el tomate, la mozzarela que hemos secado un poco previamente para eliminar el exceso de agua, un poco de queso grana padano, parmesano o pecorino romano rallado, un poco de jamón York y, por último, la piña y la cebolla que hemos sacado del horno. Una vez montada la pizza, la metemos sobre la piedra a máxima potencia. Dependiendo de vuestro horno estará lista entre 3 y 5 minutos.
Receta completa | Pizza hawaiana
Helado cremoso de piña
Ingredientes. 1 lata de leche de coco, 1 piña fresca.
Elaboración: Comenzamos abriendo la piña por la mitad, pelándola y cortando su carne en trozos pequeños. En una batidora ponemos los trozos de piña y los cubrimos con el contenido de la lata de leche de coco, triturando el conjunto durante unos cinco minutos para conseguir un puré homogéneo en el que no queden tropezones. Volcamos el contenido en un recipiente amplio y lo metemos al congelador, donde lo dejaremos al menos tres horas, teniendo en cuenta que iremos removiendo cada 15 minutos con un tenedor o con unas varillas, para evitar que se formen cristales de hielo. Si tenéis máquina heladora, es tan sencillo como verter el líquido poner la máquina en marcha hasta que esté formado el helado bien cremoso.
Receta completa | Helado de piña y coco
Piña colada
Ingredientes. 60 ml de ron blanco 60 ml de zumo de piña, 60 ml de leche de coco, 15 ml de zumo de lima, 22 ml de sirope o almíbar de azúcar (opcional).
Elaboración: En una batidora de vaso o de mano mezcla una parte de ron blanco, una parte de crema o leche de coco y una de zumo de piña, preferiblemente natural. Añade zumo de lima (15 ml) y, si no has usado una leche de coco o un zumo que lleve azúcar añadido, 22 ml de sirope de azúcar. Se mezcla todo en la batidora con unos 180 ml de hielo picado hasta lograr la consistencia de un batido y se sirve en una de piña colada (aunque se puede poner en cualquier vaso alto y ancho). La decoración clásica del cóctel manda presentarlo con un trozo de piña natural, una sombrilla y una pajita.
Receta completa | Piña colada
Fotos | iStock - Freepik/wirestock - Ajay Suresh
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