La temperatura ideal para lavar la ropa de cama probablemente no es la que piensas (si quieres acabar con ácaros y gérmenes)

Consigue sábanas limpias, libres de ácaros y sin factura eléctrica disparada

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Joana Costa

Editor

Pensar que lavar sábanas en frío es suficiente es una ilusión inocente. Aunque parezca que limpian, podrían estar solo moviendo suciedad. Pero cuidado: subir la temperatura sin ton ni son puede provocar sabotajes energéticos e incluso daños en los tejidos si no están preparados para ello.

La temperatura de 60 °C ha sido señalada por expertos en higiene como el límite mínimo para eliminar bacterias y ácaros sin deteriorar tejidos comunes. A esa temperatura, las pestes, microorganismos y demás desaparecen sin necesidad de productos extra.

Aunque ciertamente 60 °C consume más que lavado en frío, usar el programa específico y evitar cargas parciales permite eficiencia energética y limpieza óptima, sin disparar la factura eléctrica.

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Programas específicos

Muchas lavadoras incluyen programas para algodón o sanitizantes que mantienen la temperatura estable. Usarlos supone menos esfuerzo y mejor protección real para los tejidos.

Alternativa eficaz: refuerzo químico

Si 60 °C implica un gasto excesivo, puedes reforzar lavados a 40 °C con un chorrito de percarbonato o bicarbonato (productos con diferentes misiones en tus tejidos). De este modo, mantienes higiene sin sacrificar ahorro energético.

Beneficio para alérgicos

Para personas con alergias o piel sensible, eliminar microorganismos en la ropa de cama no es opcional. Un lavado mensual a esta temperatura mejora la calidad del descanso y reduce episodios de congestión nocturna.

Secado final

Tras el lavado, el secado ideal es a temperatura alta (si se usa secadora). Si se cuelga al aire libre, la luz solar fuerte ayuda a eliminar humedad restante y bacterias residuales.

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Refrigeración de prendas

Guardar sábanas completamente secas es clave. En el lado contrario, la humedad acumulada en el almacenaje puede provocar malos olores y proliferación de microorganismos, arruinando la higiene lograda.

Con todo, la temperatura perfecta para la higiene sin gasto excesivo es 60 °C con programa óptimo y cargas completas. Así, mantienes tu ropa de cama limpia, libre de patógenos y sin elevadas facturas. Un equilibrio donde la limpieza eficaz y la responsabilidad energética convergen.

Foto |  Kaboompics.com y Pixabay

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