Un informe elaborado por la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), denuncia un abuso de poder ejercido por tres cadenas de distribución, Carrefour, Mercadona y Eroski. Según indican, la mitad de los precios alimentarios de España están controlados por estas cadenas, pues imponen tanto sus precios de compra como los de venta. Con respecto a los precios de compra a los productores, en la mayoría de ocasiones la negociación es prácticamente nula, ofertando la cadena el precio y proporcionando un “lo tomas o lo dejas”.
Esto realmente es un abuso al que se podría tachar de “monopolización”, las grandes superficies son conscientes de su poder dentro del mercado e imponen sus condiciones. Quizás pueda parecer que los más perjudicados son los productores, pero también son los consumidores.
Muchos de los productos que la cadena compra a 10, suele ser revendido al consumidor a 50 o incluso más. Las cadenas tienen por norma incluir en el precio de un alimento las posibles roturas y el robo, además del margen de beneficios y los gastos ocasionados (siempre contabilizados al alza). El resultado lo tenemos frente a nosotros, la alimentación española seriamente encarecida. En el caso de los productores, los centros no sólo ponen el precio al que el productor les debe vender el producto en cuestión, también exigen poder pagar a 120, 150 o 180 días, además del compromiso de cambio en los productos que puedan estropearse o deteriorarse (incluso los que se rompen o deterioran en el propio centro). Algunas cosas más podríamos mencionar, sobre todo quienes de una u otra forma conocemos como actúan estos centros.
La fuerte competencia entre las cadenas obliga a proponer ofertas que en muchas ocasiones son los agricultores quienes las asumen, las cadenas comerciales no reducen su margen de beneficios en la mayoría de ocasiones, lo que hacen es reducir el precio de compra de los productos.
Lamentable para productores y consumidores, he aquí la labor de los grandes intermediarios, responsables del problema, por un lado precios de compra a productores irrisorios y por otro, precios de venta al consumidor excesivos.
Vía | Terra Más información | COAG