Después del entuerto y metedura de pata de las autoridades alemanas originando la crisis del pepino le toca el turno a Rusia que da una vuelta de tuerca al asunto prohibiendo no solo los pepinos, si no todas las verduras. Y no solo las españolas, si no todas las de origen europeo.
Rusia ha tomado la decisión esta mañana, no sin antes advertir que lo haría si la legislación europea sanitaria no solucionaba el problema de una forma diligente. Y como eso se ha demostrado que han sido incapaces de hacerlo, Rusia ha cumplido las amenazas.
Tensiones diplomáticas e intereses económicos a parte, que seguro que los hay (como las meigas), hay que decir que todo esto le ha venido grande tanto a las autoridades alemanas como a la comisión europea. Los primeros por acusar sin pruebas y los segundos por no tener mano firme contra uno de sus miembros. Ahora solo toca esperar y que vayan llegando las soluciones para nuestros agricultores.
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