Son ya varias las cofradías de la ría de Arousa que han tenido que retirar diversos lotes de marisco gallego para devolverlos al mar en las últimas semanas. Se trata en su mayoría de lotes de almeja japónica y almeja fina que, al no alcanzar el precio mínimo estipulado en las subastas, debían ser devueltos al mar.
El acuerdo de precios mínimos se estableció en asamblea por las propias cofradías a finales de 2024, como una medida para que las mariscadoras no perdieran poder adquisitivo ante la subida generalizada del coste de vida. Pero no ha sido hasta este otoño cuando esa actualización de precios ha tenido consecuencias directas en las lonjas, en una época tradicionalmente difícil para el mercado del marisco.
Según ha explicado a El Faro de Vigo el presidente de las mariscadores de pie de Vilanova, Óscar Fernández, ya en octubre hubo que retirar lotes de almejas correspondientes a dos jornadas de marisqueo por la caída de las pujas, cancelando incluso días de trabajo posteriores ante la perspectiva evidente de que los precios no fueran a subir. Las cofradías tomaron esta decisión para no malvender el producto gallego, pese al golpe económico que causa en las mariscadoras al perder el fruto de su trabajo.
El motivo de este desplome de los precios del marisco, especialmente de los bivalvos, responde, según el propio sector, a dos causas principales. En primer lugar, a la apertura de Noia hace unas semanas, que ya se dejó notar en la caía de las pujar casi inmediatamente. Pero Miguel Ángel Iglesias, patrón mayor de Rianxo, señala a otro culpable más directo, la llegada de marisco extranjero que se vende a precios mucho más baratos que el gallego.
“Está entrando marisco de otros lados, afirma en declaraciones a El Faro de Vigo; “Y hay gente que después lo vende como si fuese de aquí”. En los últimos años ha aumentado la compra de marisco procedente de otros países debido a la crisis productiva de los bancos de Galicia, pues de otro modo las empresas no podrían asumir la demanda de producto que exige la industria. Desde las cofradías se respeta la importación de marisco extranjero, pero exigen que se cumpla la normativa sanitaria, de trazabilidad y etiquetado para evitar fraudes o ambigüedades que puedan confundir al consumidor y perjudicar al marisco nacional.
Gran parte de la industria del marisco compra a países como Canadá, Italia, Portugal o Marruecos, habitualmente con precios más baratos que hunden las pujas del producto gallego. Mientras en otras lonjas, como Cambados, las cotizaciones sí están resistiendo, las cofradías esperan que los precios repunten en las próximas semanas y ya de cara a la campaña navideña, confiando además en el consumidor que sí está dispuesto a pagar un poco más por el producto local.
Imágenes | Xunta de Galicia - Ministerio de Agricultura