Quizá os pueda sonar un poco rara la mezcla de frutos secos con moras, pero os aseguro que casan a las mil maravillas y si os podían parecer de antemano pesadas las tartas con almendra, al unirse con el ácido de la fruta forman una combinación perfecta. Y como siempre, y según lo que queráis trabajar en la cocina, se puede hacer la masa base casera o bien comprar una lámina refrigerada, os lo dejo a vuestra elección. Yo en esta ocasión me decanté por comprarla pues andaba un poco justa de tiempo.
Comienza precalentando el horno a 180ºC. Estira la masa en un molde desmontable redondo y pínchala con un tenedor. Métela en el congelador durante diez minutos y hornéala durante quince minutos. Retírala del horno y mientras, prepara el relleno.
Bate en un bol la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar, los huevos, la almendra molida y la cucharada de harina normal. Repartir por la base de la tarta, añadir las moras por toda la superficie.
Espolvorear la almendra laminada por encima y hornéala durante 20 minutos aproximadamente o hasta que veas la superficie dorada.
Con qué a acompañar la tarta de almendra y moras
La tarta de almendra y moras se puede tomar templada o a temperatura ambiente. Podéis acompañarla con un poco de nata montada o creme fraiche. Como no lleva ni cremas ni nata puede conservarse, eso sí, protegida del aire, sin refrigerar. Si tenéis moras congeladas podéis seguir preparándola aún fuera de temporada.
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