Si os gusta el vino dulce os va a encantar esta tarta de Pedro Ximénez que he preparado en estos días. Su interior, una mezcla de crema y pasas la hacen original y distinta, pues el Pedro Ximénez es un vino mucho más empleado por lo general en la cocina salada que en la dulce, al contrario de lo que pudiera parecer.
Como todas las tartas con base de masa quebrada, podéis escoger el prepararlo vosotros si tenéis tiempo o recurrir a una refrigerada. En este último caso se acelera mucho el tiempo de servirla pues no necesitamos los reposos que precisa la masa casera, aunque de sabor suele ser mucho más sabrosa esta última.
Comenzaremos precalentando el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Extenderemos nuestra masa quebrada en el molde, recortando los bordes sobrantes y pinchándola con un tenedor, tapamos con papel de horno y la rellenamos con garbanzos o piedras de repostería. Horneamos durante veinte minutos.
Una vez que pase el tiempo, le sacamos el papel con los garbanzos y bajamos el horno a 175ºC, horneamos durante otros cinco minutos más. Retiramos del horno para rellenarla.
Para el relleno, calentamos el vino con las pasas y lo llevamos a ebullición. Retiramos para que enfríe. En un bol, batimos los huevos enteros con las yemas y el azúcar hasta que estén blanquecinos, añadimos la nata y agregamos el vino dulce junto con las pasas. Vertemos el relleno encima de la base de masa quebrada y horneamos durante cuarenta minutos a 175 grados centígrados. Dejamos que la tarta se enfríe dentro de su molde.
Con qué acompañar la tarta de Pedro Ximenez
Ideal para los más golosos, esta tarta de Pedro Ximénez casa perfectamente como postre o pastel de merienda. No es pesada, puesto que la crema que se forma al llevar nata es más suave que un simple flan, todo ello acompañado con el regusto de vino dulce y las pasas. Además, sirve para dar salida a aquellas uvas pasas que nos han quedado de las navidades, y alguna que otra botella abierta de vino Pedro Ximénez que hayamos abierto en las fiestas. Podéis acompañarla con un poco de nata montada fría mezclada con unas cucharaditas de vino dulce.