Este plato lo preparaba mi abuela y para mí el arroz con pollo al azafrán siempre será especial. Parece una tontería que con tan poca cosa se puedan hacer platos tan ricos, pero es que el arroz es uno de esos ingredientes del que siempre tiro cuando hay algo rondando por la nevera.
Como va bien con todo y absorbe tan bien los sabores, el arroz, junto a la pasta están entre mis ingredientes preferidos y por los que me decanto muy a menudo. Espero que los más eruditos no se echen las manos a la cabeza por mi forma de elaborarlo, pero como digo, es mi forma y la receta de la abuela.
En una cazuela baja echamos aceite de oliva hasta que cubra el fondo. Troceamos en dados la zanahoria, los dientes de ajo, el bacon, el jamón y el pollo. Una vez caliente el aceite añadimos la zanahoria y la sofreímos ligeramente. Añadimos los dientes de ajo y dejamos que se doren un poco.
Echamos el bacon y el jamón, damos una vuelta hasta que el bacon tome color. Salpimentamos el pollo y lo añadimos a la cazuela. Mezclamos todo hasta que se dore el pollo. Agregamos las hebras de azafrán y el arroz bomba, removemos para que se una todo. Vertemos el vino blanco, subimos un poco el fuego y dejamos que se absorba.
Vertemos el agua o caldo de pollo caliente, a la vez que movemos un poco la cazuela, cucharón a cucharón sobre el arroz, dejando que se consuma antes de añadir el siguiente cazo. Así hasta terminar todo el líquido. A media cocción probamos el arroz, si lo notamos soso, rectificamos el punto de sal. Cubrimos la cazuela con un paño limpio de algodón durante cinco minutos, y servimos inmediatamente.
Con qué acompañar el arroz con pollo al azafrán
Este arroz con pollo al azafrán suelo hacerlo caldoso, no mucho, pero nos gusta que tenga un puntito de jugoso, no seco ni suelto, si no más bien como un risotto. Por eso voy añadiendo el caldo o agua muy poco a poco, para que absorba el que necesite. Así que si os gusta todavía con más caldo, podéis añadir un poco más.