Estoy muy a favor del concepto one-pot que emplean los angloparlantes en cocina. Se refieren a aquellos platos bien completos que solo manchan una olla o sartén, y son perfectos para los menús entre semana. Este jambalaya de langostinos y tomate cumple de sobra con tales requisitos, y su dificultad es mínima.
Me gustó la receta cuando la vi en la edición en papel de BBC Good Food, anunciada además como un plato perfecto para comer bien sin más complicaciones, pues es muy completo y te deja más que satisfecho. A diferencia del jambalaya más popular, esta versión no incluye nada de carne y es un poco más ligera.
Descongelar los langostinos si los usamos congelados. Lavar y secar el apio, la guindilla, el pimiento, los tallos de cebolleta y el cilantro o perejil. Quitar los filamentos del apio y picar en piezas pequeñas. Picar la cebolla y el diente de ajo sin el germen. Retirar las semillas de la guindilla y cortar en rodajas finas. Cortar el pimiento en tiras, sin las semillas.
Calentar un chorrito de aceite en una sartén amplia o cazuela y pochar la cebolla con el apio, el pimiento y una pizca de sal, a fuego suave, unos 5 minutos. Añadir el ajo y la guindilla -podemos reservar una parte para decorar al final- remover bien y echar todas las especias.
Añadir el arroz y cocinar durante un minuto. Agregar el tomate, el pimiento, el caldo o agua y salpimentar muy ligeramente -si usamos caldo, cuidado, por el nivel de sal-. Remover bien, llevar a ebullición, tapar y bajar el fuego.
Dejar cocinar suavemente durante unos 25-30 minutos, comprobando el punto del arroz. Debe haber perdido casi todo el líquido, aunque tampoco queremos un plato totalmente seco. Incorporar los langostinos, tapar y cocinar un poco más hasta que se hayan cocido.
Servir con tallo de cebolleta picado, cilantro o perejil, y más guindilla o chile, si se desea. A mí me gusta dar un punto de limón también.
Con qué acompañar el jambalaya
La idea de este jambalaya de langostinos y tomate es que no necesitemos nada más en la mesa para sentirnos bien saciados, sin que sea un plato pesado. Solo necesitaremos algo de fruta de temporada o un yogur natural de postre. Las sobras aguantan bastante bien e incluso se puede hacer con antelación para llevar en el tupper, aunque personalmente me gusta más recién hecho.