Ultimamente está muy de moda hablar de "comfort food", lo que podríamos traducir literalmente como "cocina reconfortante". Esa cocina que nos hace sentir bien y consigue satisfacer, no sólo a nuestro cuerpo, sino también a nuestra alma. Basándome en esto, considero que la "comfort food" número uno la constituyen los platos de cuchara. Los tradicionales y típicos de nuestra tierra sobre todo pero, por que no, también muchos de toques exóticos como estos noodles picantes con pollo, jengibre y chile.
Por supuesto que no los voy a comparar con un plato de lentejas, con una sopa de cocido o con unas buenas fabes. Nada tienen que ver en cuanto a elaboración y sabores se refiere, pero sí que están relacionas en cuanto a esa capacidad de hacernos sentir bien que acabo de mencionar. Si no os lo creéis, no tenéis más que probar a hacer estos noodles picantes de pollo, jengibre y chile y salir de dudas por vosotros mismos. Yo creo que vais a terminar dándome la razon.
En una cacerola con abundante agua, cocemos los noodles según el tiempo que indique el fabricante. Los escurrimos y engrasamos con una cucharada de aceite de girasol para que se mantengan sueltos. Repartimos los noodles en cuatro cuencos o platos soperos y reservamos.
Los noodles se enfriarán al reservarlo pero no pasa absolutamente nada ya que, al incorporar el caldo que vamos a preparar a continuación, se calentarán al instante. No obstante, también podemos cambiar el orden de elaboración y empezar por el caldo para terminar con los noodles evitando así que se enfríen. A vuestro gusto.
Preparamos todos los ingredientes para tenerlos listos al mismo tiempo: pelamos y rallamos el jengibre, retiramos las semillas del chile y lo picamos finamente, troceamos la pechuga en dados y laminamos los champiñones después de retirar la suciedad con un trapo húmedo.
Calentamos las otras dos cucharadas de aceite en un wok o, en su defecto, en una cazuela y añadimos el jengibre rallado y el chile picado. Inmediatamente después, ya que no queremos que se quemen, incorporamos el pollo y salteamos durante un par de minutos.
Cuando el pollo comience a tomar color, añadimos el vino y cocemos hasta que el alcohol se evapore. Dos o tres minutos serán suficiente. Agregamos entonces el caldo y llevamos a ebullición, incorporamos los champiñones, la salsa de soja y el vinagre de arroz.
Diluimos la maicena en un par de cucharadas de agua y la añadimos a la cazuela. Hervimos a fuego suave hasta que espese ligeramente. Por último, incorporamos los brotes de soja y removemos. Vertemos sobre los noodles que tenemos reservados y servimos inmediatamente.
Con qué acompañar los noodles picantes con pollo, jengibre y chile
Estos noodles picantes con pollo, jengibre y chile constituyen un excelente plato único que podemos decorar con cebolleta picada al tiempo que le damos más sabor aunque, realmente, es un plato tan sabroso de por si que poco más necesita.
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