Si hay un plato capaz de ponernos a tono por su contundencia y sabor, ese es la sopa de ajo. Ya sea en versión castellana, la más básica, o en versión vasca, como la zurrukutuna que traemos hoy. El añadido de migas de bacalao desalado al conjunto eleva esta receta a un nivel muy superior.
Amigos del cuchareo, no podéis dejar pasar la oportunidad de probarla. Pan duro, caldo de pescado (o, en su defecto, agua), ajos, bacalao desmigado desalado y poco más se necesita para montar una zurrukutuna (gran palabro) en menos que canta un gallo. Un plato único excepcional si la acompañamos de un par de huevos.
En País Vasco se utiliza un pan tradicional llamado sopako, pero es complicado encontrarlo en otras comunidades. Si tienes la suerte de encontrarlo, adelante con ello. Si no es el caso, sirve perfectamente el pan de barra de un par de días. Así lo hemos hecho nosotros y el resultado a la vista está.
El bacalao se puede añadir al mismo tiempo que los ajos, al principio de la receta, para después agregar el pan y resto de ingredientes. En nuestro caso hemos optado por incorporarlo al final, junto con los huevos, y dejar que se cueza con el calor residual. De esta forma las migas de bacalao aparecen en cada cucharada como pequeños tropezones.
Pelamos y rallamos (o laminamos) los dientes de ajo. Calentamos el aceite de oliva en una cacerola y los rehogamos junto con la guindilla sin dejar que se doren. Añadimos el pan cortado en rebanadas muy finas y la hoja de laurel. Removemos a fuego suave para que el pan se empape bien en el aceite y el ajo sin llegar a tostarse.
A continuación incorporamos el pimentón dulce, removemos brevemente. De inmediato, añadimos la salsa de tomate y la pulpa de pimiento choricero. Removemos el conjunto al tiempo que cocemos un par de minutos.
Regamos con el agua o fumet y sazonamos al gusto, pero con prudencia, recordando que todavía queda añadir el bacalao. Cocemos a fuego lento unos 30 minutos, removiendo de vez en cuando.
Retiramos la hoja de laurel y la guindilla y apagamos el fuego. Agregamos el bacalao y los huevos, tapamos la cacerola y dejamos que cuajen unos minutos. También podemos añadir los huevos batidos y remover para que se integren por toda la sopa. El huevo revuelto espesa la sopa todavía más y la deja muy sabrosa.
Con qué acompañar la zurrukutuna
Podríamos decir que la zurrukutuna o sopa vasca de ajo y bacalao no necesita de acompañamiento alguno. Es contundente por sí sola y un excelente plato único, ideal para cuando empieza a bajar la temperatura. Sírvela con una copa de vino, para complementar sabores, y termina la comida con pieza de fruta.
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