Los cítricos siempre hacen buena pareja con las verduras, refrescando especialmente a aquellos vegetales que pueden resultar algo amargos. El limón es un comodín que no suele fallar, pero también merece la pena aprovechar la temporada de otras frutas, como la naranja sanguina y su intenso aroma.
Las coles de Bruselas cocinadas al horno o dándole el punto justo de calor en la plancha o sartén, directamente sin precocerlas, ofrecen un mejor sabor y textura que hervidas o sobrecocidas. Al prepararlas con el aromático zumo de la naranja sanguina adquieren un sabor afrutado fantástico.
Lavar bien las coles de Bruselas, desechar las hojas más externas dañadas y cortar en dos mitades, dejando enteras las unidades más pequeñas. Exprimir el zumo de las naranjas sanguinas y picar fino el puerro y la cebolleta.
Calentar un par de cucharadas de aceite en una sartén o cazuela y pochar el puerro con la cebolleta unos minutos a fuego suave. Añadir las coles de bruselas, subir el fuego y regar con el vino tinto. Cuando se evapore el alcohol, sazonar con todas las especias e incorporar el zumo de las naranjas sanguinas y el vinagre de Módena al gusto.
Cocinar a temperatura media hasta que las coles estén tiernas, removiendo con suavidad de vez en cuando, para que se imprengen bien de todos los jugos. Salpimentar al gusto al final de la cocción.
Con qué acompañar las coles de Bruselas
Estas aromáticas coles de Bruselas a la naranja sanguina resulta una guarnición adecuada tanto para platos de carne como para pescados. Para convertirlo en un plato único de almuerzo vegetariano, podemos añadir un puñado de frutos secos y servirlo con arroz blanco, cuscús, u otro tipo de grano a nuestro gusto.
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