48 horas en Lanzarote: qué ver y qué comer en la isla canaria de César Manrique, los viñedos y los carabineros 'king size'

Un paraíso que habla de Saramago, teleclubs, estrellas Michelin, quisquillas, miradores entre salinas, palmerales y volcanes que se pierden en el horizonte

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Jaime de las Heras

Editor Senior
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Jaime de las Heras

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Lanzarote no necesita levantar la voz para fascinar. Su belleza es silenciosa, a veces cruda, siempre luminosa. La más oriental de las Canarias está más cerca del continente africano que de la Península, lo que le otorga una personalidad distinta dentro del archipiélago.

La luz es más intensa, los contrastes más nítidos, el mar más inquieto. No se la considera una isla mayor, pero tiene una presencia rotunda. Lanzarote ofrece a quienes la visitan una combinación inesperada de paisaje volcánico, arte, gastronomía y deporte al aire libre, con un clima tan benévolo que cuesta no rendirse a su ritmo lento y generoso.

Todo en esta isla parece responder a una armonía natural. Desde los tubos de lava hasta las casas encaladas, desde las playas doradas del sur hasta los riscos escarpados del norte.

Es un lugar donde el sol y el viento moldean el día a día. Por eso Lanzarote seduce a públicos muy distintos: surfistas en busca de olas en Famara, ciclistas recorriendo carreteras solitarias entre conos volcánicos, amantes del vino en La Geria o viajeros que buscan en el silencio un eco de belleza.

Aquí se puede caminar por campos de lava, bañarse en aguas turquesa y sentarse a comer carabineros en un pueblo pesquero sin cambiar de isla, ni de coche.Buena parte de ese equilibrio entre lo humano y lo natural se lo debe a César Manrique, el artista que entendió que su tierra era ya una obra de arte.

Carreras Entre Vinedos En La Geria C Hola Islas Canarias Carreras entre viñedos en La Geria. ©Hola Islas Canarias.

Nacido en Haría, fue pintor, arquitecto, escultor y sobre todo, visionario. Supo ver belleza donde otros solo veían piedras y erupciones. Integró arquitectura y paisaje como nadie lo había hecho en España y dejó repartida su firma en miradores, jardines, casas y cuevas transformadas en centros culturales.

Su legado no solo es visible, sino que se respira. Lanzarote, tal como la conocemos, no se puede entender sin su mirada. A la hora de recorrer la isla, conviene tener un mapa mental sencillo: el sur y el este están más desarrollados para el turismo.

Lugares como Playa Blanca o Costa Teguise ofrecen todas las comodidades, grandes playas y una oferta hotelera variada. En cambio, el norte y el noroeste han sido siempre más reservados, con paisajes más salvajes y menos domesticados.

Kitesurf En Famara C Hola Islas Canarias Vuelo de cometas en Famara. ©Hola Islas Canarias.

Allí están Famara, con su playa ventosa y dramática, o La Santa, donde los surfistas conviven con los pescadores. En el interior, pequeños pueblos como Teguise o Haría conservan la memoria de una isla agrícola y vinícola que ha sabido sacar provecho del suelo volcánico.Porque sí, Lanzarote también se bebe. Su tradición vitivinícola es antigua, ingeniosa y hermosa.

En zonas como La Geria, los viñedos se plantan en hoyos individuales cavados en tierra volcánica y protegidos por muretes de piedra en forma de media luna. El resultado son vinos minerales, frescos, que saben a lava, mar y sol.

Hotel Palacio Ico Hotel Palacio Ico.

Hoy, el enoturismo es una de las grandes experiencias de la isla. Así que aunque Lanzarote invita a quedarse más de dos días, es posible –con coche y ganas– atravesarla de norte a sur, de mar a viñedo, en apenas 48 horas y llevarse una idea clara de por qué este pedazo de Atlántico sigue inspirando a tantos.

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Día 1: la Lanzarote de César Manrique

Depende de cómo quieras ver Lanzarote y, sobre todo, si quieres recorrerla, elegir dónde alojarse importa más de lo que parece. Si estás dispuesto a sacrificar los amanecer playeros, mi recomendación es que hagas noche en el interior de la isla, como Teguise o San Bartolomé, pues son ideales para tener toda Lanzarote a mano si queremos recorrerlo. No obstante, la mayor parte de hoteles están en el sur y este, cerca de la playa, como los que aparecen en Costa Teguise, Playa Blanca o Playa del Carmen.

Casco histórico de Teguise Casco histórico de Teguise.

A partir de ahí, si optas por Teguise pueblo como hogar, la expedición manriqueña puede comenzar en el Jardín de Cactus, en Teguiza. Este espacio diseñado por Manrique aprovecha un antiguo banco de extracción de tierra. Aquí crecen más de mil especies de cactus en terrazas circulares.

El contraste entre el verde intenso de las plantas y el fondo de muros en tonos ocres y tierra crea una experiencia visual fuera de serie. Puedes caminar entre senderos bien cuidados, descubrir diferentes especies y tomar fotos con luz extraordinaria.

Jameos Del Agua C Turismo De Lanzarote Jameos del Agua. ©Turismo de Lanzarote.

La recomendación para no deshacer camino es que sigamos hacia el norte, buscando otros altos manriqueños, como los Jameos del Agua, quizá la gran hombre del autor, desde donde luego podrás seguir descubriendo los detalles de su herencia en el norte lanzaroteño, pasando por Haría, su lugar de nacimiento, donde se puede visitar la Casa Museo de César Manrique, antes de poner rumbo definitivo al Mirador del Río.

Vistas de Haría. Vistas de Haría.

Situado en lo alto del noreste de la isla, esta construcción permite contemplar la isla vecina de La Graciosa desde un ventanal monumental. Manrique aprovechó la roca natural para camuflar el edificio, integrándolo visualmente con el acantilado. El mirador ofrece vistas panorámicas espectaculares y es un claro ejemplo de cómo su arquitectura dialoga con el paisaje volcánico.

Comida: a pie de playa

Pxl 20240310 130007152 Restaurante El Risco. ©Miguel Ayuso.

Si estamos en el norte o noroeste de la isla, la parada más indispensable si se trata de comida tradicional, ambiente y no complicarse la vida, la dirección está clara: el restaurante El Risco.

Lleva abierto más de 30 años, incluso antes de que la zona se pusiera de bote en bote, y en plena Famara consigue atraer a todo tipo de clientes, desde lanzaroteños a turistas, pasando por caravanistas y viajeros de postín.

Pxl 20240310 140134188 Chips de morena. ©Miguel Ayuso.

La oferta, que ha ido cambiando con los años, ya va dejando paso a ciertos detalles de cierta modernidad, pero la base siguen siendo los pescados a la plancha y a la brasa, además de los mariscos, ya sean lapas, carabineros, gambas.

Aguachile De Gamba Roja Aguachile de gamba roja. ©Miguel Ayuso.

Hay algunas carnes que merece la pena probar, sobre todo las que tienen que ver con recetas canarias, como el cochino negro o el cabrito en barro, dos de sus grandes éxitos, pero todo está más que bueno en El Risco. Eso sí, se llena en prácticamente cualquier momento del año, así que asegura el tiro y reserva para no darte el paseo en balde.

Una tarde de playa en el oeste de la isla

Una vez con la panza llena, si seguís marcando el hito de la costa, es imprescindible dejarse caer por Caleta de Famara, municipio de moda en Lanzarote, donde apenas hay calles asfaltadas y la arena de una playa enorme lo cubre prácticamente todo.

Playa De Famara C Hola Islas Canarias Playa de Famara. ©Hola Islas Canarias.

Convertida en meca surfista y con el suelo más caro –por metro cuadrado– de la isla, Famara ha pasado en unos pocos años de ser un destino evitado a destino cotizado. Sus atardeceres, olas y mareas son increíbles, tanto para los que quieran darse un baño como surfear o, simplemente caminar por la limpia arena que aquí espera.

Algo más abajo, otra parada imprescindible si hablamos de pueblos marineros es La Santa, una minúscula población que depende del ayuntamiento de Tinajo y que también invita a ver el atardecer desde sus miradores. La ruta, en función de lo que queráis, podéis seguirla de nuevo hacia el interior o persistir en bordear la costa, tras adentraros en el Parque Natural de los Volcanes, aunque mi recomendación es que estos planes más activos los hicierais durante las mañanas.

Tinajo C Hola Islas Canarias Tinajo. ©Hola Islas Canarias.

Si no, un buen plan de regreso a Teguise es que antes paséis por Tinajo y San Bartolomé, dos de los cascos históricos mejor conservados de Lanzarote, para empaparos de esa cultura local y de algunos de los remanentes de César Manrique, como el Monumento al Campesino que aparece en San Bartolomé. Tras la ruta, regresar a Teguise, caminar por sus calles y cenar allí siempre será un buen plan. Si queréis algo más de 'jaleo', podéis aproximaros a Costa Teguise y aprovechar la coyuntura para cenar allí.

Cena: carabineros a gogó y hoteles centenarios

Begoña Ratón sujetando varios carabineros de La Santa, el producto estrella en Sebe. ©Mikel Ponce. Begoña Ratón sujetando varios carabineros de La Santa, el producto estrella en Sebe. ©Mikel Ponce.

La parada gastronómica por excelencia en Costa Teguise es el restaurante Sebe, un diminuto local de paredes blancas y puertas azules donde Santi Benéitez y Begoña Ratón se encargan de poner en marcha un bistró donde el arroz nunca falta, como tampoco suelen faltar las estrellas de la casa: los carabineros y gambas de La Santa que diariamente les trae Cristóbal, su proveedor de confianza, con unos crustáceos fresquísimos a los que entregarse en cualquier momento del año.

Eso no quita que Santi, que escapó de las garras del marketing en multinacionales para dejarse atrapar por la cocina tras conocer a Ferran Adrià, no deje margen a ciertos detalles de cocina más allá del arroz en los que también merece la pena dejarse llevar. En la copa, Begoña elige productores locales y vinos singulares, sobre todo de la propia isla, para una experiencia inolvidable.

Tampoco se puede olvidar, ya en el centro de Teguise pueblo, la experiencia de Palacio Ico, el primer hotel emblemático de Canarias, donde el restaurante ha ido creciendo en una propuesta sincera y de producto, fiel al cliente nacional y al extranjero, donde se voltean algunos elementos canarios pero siempre buscando la proximidad.

En los vinos, el sumiller grancanario Iván Monreal se encarga de llevar la voz cantante con propuestas que también hablan de territorio en un hotel impresionante, que ya, aunque solo sea por su apariencia y su elegante patio, merece la pena ser descubierto.

Día 2: salinas, bodegas y volcanes

Tras haber condensado la parte norte de la isla en función de playas y del legado de César Manrique, el segundo día se puede concentrar en la mitad sur de Lanzarote donde, además de planes activos como senderismo entre volcanes y miradores, también hay varios planes de enoturismo a los que aferrarse.

Parque Nacional De Timanfaya C Hola Islas Canarias Parque Nacional de Timanfaya. ©Hola Islas Canarias.

Yo, dependiendo del momento del año, empezaría por uno u otro plan en función del clima. En verano, mi recomendación es que aprovechéis las primeras horas para el turismo activo. Si estáis en la parte sur de la isla, es el momento de adentrarse en el Parque Nacional de Timanfaya, muy bien señalizado tanto en coche como para las rutas senderistas, pero tened en cuenta que hay que llevar el avituallamiento de casa y que, además, el sol –aunque pueda hacer aire y se note menos–, pega bastante. Id bien cubiertos.

Con unos paisajes únicos en España, la isla de Lanzarote ofrece un carácter volcánico que no tienen sus hermanas, con ocres y negros que se extienden durante kilómetros sobre antiguos volcanes dormidos y algunos cráteres que bien merece visitar. Tras el festival del paseo, quizá nos hayamos ganado un aperitivo con un poco de vino, así que es hora de pasar al enoturismo.

Bodegas El Grifo Bodegas El Grifo

Lanzarote es conocida por su sistema de viñedos en la zona de La Geria, donde esos pequeños hoyos en el suelo volcánico, fortificados con un pequeño murete, permiten mantener viñedos ancestrales perfectamente aferrados al suelo.

Si yo tuviera que elegir un par de bodegas como referencia para hacer enoturismo en la isla, elegiría Bodegas El Grifo, cuyos orígenes se hunden en el siglo XVIII, y que es una de las más reconocidas a nivel nacional e internacional en cuanto a su historia y la calidad de sus vinos.

En Lanzarote, por cierto, tened en cuenta que las vendimias se suelen hacer en el mes de agosto, así que el verano es un buen momento para ver los viñedos llenos de vida. La otra recomendación a nivel enoturístico que os recomiendo, también muy completa, es la de Bodegas Stratvs, con menos abolengo que la anterior, pero que en apenas dos décadas se ha posicionado como referencia, no solo de los vinos de calidad, sino también de sus actividades culturales.

Comida: Playa Blanca: entre turistas y estrellas Michelin

Playa Blanca C Hola Islas Canarias Playa Blanca. ©Hola Islas Canarias.

Aprovechando que el centro de la isla es donde van a aparecer las bodegas, podemos comer en una de ellas o tomar rumbo al sur, hacia Playa Blanca para hacer un alto gastronómico.

Es cierto que es la zona más turística de la isla, pero también donde hay dos paradas que no se pueden obviar. Una es el restaurante Kamezí Restaurant, el primer estrella Michelin de la isla, dentro del hotel Kamezí Boutique Villas, donde el chef Rubén Cuesta (manchego, curiosamente) desengrana parte de la despensa canaria y lanzaroteña con un menú degustación vibrante donde, como es lógico, el vino cobra mucho protagonismo tanto con opciones raras como con vinos más clásicos.

Otro alto imprescindible en el sur de la isla es el restaurante Brisa Marina. No te dejes llevar solo por el hecho de estar en pleno paseo marítimo de Playa Blanca y por las hordas de turistas internacionales que verás en él. Se come muy bien, especialmente los pescados del día, y también tiene fueras de carta interesantes si muestras un poco de ambición a la hora de pedir.

Img 1430 Gambas de La Santa a la plancha. ©Jaime de las Heras.

El restaurante es grande, tradicional y está acostumbrado a dar servicios masivos, así que para ser un poco foodie vas a tener que hacerte notar, pero vale la pena. Las gambas de La Santa –en realidad, quisquillas o camarones soldado– no suelen faltar en su oferta y tampoco los pescados locales.

Si pides las versiones a la plancha, pide siempre un punto menos o que venga poco pasado. Es habitual que en Lanzarote el pescado se cocine en exceso, quedando más seco de la cuenta, pero la materia prima es de muchísima calidad.

Tardes de sales, quesos y atardeceres

Salinas De Janubio C Hola Islas Canarias Salinas de Janubio. ©Hola Islas Canarias.

Hay varias opciones en el retorno. Una de ellas es que vuelvas por el oeste de la isla y aproveches la coyuntura para ver cómo cae el sol en las Salinas de Janubio, con un potentísimo mirador que está bastante concurrido todo el año, pero el efecto del sol bajando sobre el destello del mar y la salinera bien merece la pena.

Otra buena parada, ya por el interior, es que te dejes caer por Yaiza, que fue el primer asentamiento europeo en la isla de Lanzarote, allá por el siglo XV, y que conserva un casco histórico pequeño y encantador que merece entrar dentro del recorrido.

El Pueblo De Yaiza C Hola Islas Canarias El pueblo de Yaiza. ©Hola Islas Canarias.

No lejos –pues en coche casi nada está lejos en la isla–, yo te recomendaría hacer un alto en la localidad de Femés, que son apenas una colección de casas blancas entre barrancos, donde está la quesería familiar Rubicón, donde la familia Reyes lleva haciendo quesos y manejando sus cabras desde hace más de sesenta años y que hace uno de los quesos de cabra más cotizados y codiciados de la isla.

Img 1330 El rebaño de la familia Reyes, de la quesería Rubicón. ©Jaime de las Heras.

Sin marketing y sin runrún mediático, pero de muchísima calidad, los quesos de Rubicón son un tesoro al alza –que no siempre está disponible; de hecho, muchas veces se debe reservar– donde Jorge Reyes y sus hijas Dalia y Claudia mantienen un legado familiar imborrable.

Img 1406 Queso semicurado ahumado. ©Jaime de las Heras.

Tras este alto, podéis regresar al interior de la isla o, si os ha quedado algo de gusanillo sobre el jaleo turístico local, daros una vuelta por Playa del Carmen, el otro gran hervidero de turistas, especialmente británicos, y con un ambiente más juvenil que el que vais a encontrar en Playa Blanca.

Cena: el placer del teleclub o cenar a pie de piscina

Ir a Lanzarote y no comer o cenar en un teleclub es como ir a París y no asomarse a la Torre Eiffel. Los teleclubs son un maravilloso anacronismo de mediados del siglo XX donde Lanzarote aún no era un destino turístico, sino más bien una isla volcada en la pesca y la agricultura donde algo tan, a priori evidente, para la actualidad como un televisor era una rareza.

Img 1526 Ropa vieja de pulpo en el Teleclub de Nazaret. ©Jaime de las Heras.

En torno a ella, en los pueblos de interior surgieron estos teleclubs, donde los habitantes, a modo de casino y tertulia, iban a ver la tele, jugar a las cartas y, en definitiva, socializar, también en torno a la mesa. En Lanzarote perviven un buen puñado de estos establecimientos que se han ido actualizando, tanto con lo que ofrecen de comer como con sus servicios a la comunidad y es habitual que ahora, por ejemplo, también se den cursos o clases de baile.

En la comida de los teleclubs no busques manteles, copas de vino caras ni recetas pretenciosas. Lo que vas a encontrar son bocatas, hamburguesas y muchos, muchos platillos locales, como las garbanzas, la carne cabra o la carne fiesta, así como recetas marineras como la ropa vieja de pulpo.

Entre los que más recomiendo están el Teleclub de Nazaret, el Teleclub de Tao, el Teleclub de Mozaga y el Teleclub de Táhiche, pero ten en cuenta que cada uno, como se dice habitualmente, es de su padre y de su madre, así que no esperes ni el mismo ambiente ni los mismos platos en todos.

Chips de morena acompañados de papa de San Bartolomé sancochadas en fumé de pescado. Chips de morena acompañados de papa de San Bartolomé sancochadas en fumé de pescado.

Otra alternativa, bastante más compleja, es la que aparece en el restaurante del hotel César Lanzarote. Asesorado por el chef Juanjo López, del madrileño La Tasquita de Enfrente, donde han puesto en marcha un 'La Tasquita de Lanzarote', con la chef Eva Pérez a los mandos.

En este caso, la invitación es, como sucede en el caso capitalino, entregarse al producto y al buen trato de los puntos en pescados y mariscos con un menú muy potente donde no faltan los carabineros ni las gambas, ideal para celebraciones, aunque, debido a su poco aforo, conviene cerciorarse de la reserva con antelación.

Imágenes | Hola Islas Canarias

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