Santiago Benéitez, Begoña Ratón y su equipo bien podrían ser un malecón de un puerto, resistiendo los embates de un mar plagado de vicios gastronómicos al que se enfrentan. Están en Costa Teguise, concretamente en Pueblo Marinero, en el oeste de la isla de Lanzarote, en una de las zonas más tensionadas de la más oriental —y la más cercana a la península— de las Islas Canarias, donde confían en el producto desde el restaurante Sebe.
Sin embargo, ni Santi ni Begoña son lanzaroteños. Tampoco canarios, pero eso no ha sido óbice para que hicieran aquí su vida, quedándose prendados hace 20 años de la isla que se convirtió en el sueño paradisíaco del artista César Manrique.
Un sueño que, a veces, se muta en pesadilla. El propio Costa Teguise o los masificados Puerto del Carmen o Playa Blanca han cambiado el paisaje y el panorama de una isla tranquila en la que, curiosamente, nadie quería comprar terrenos a pie de playa hace 40 años porque ni eran productivos ni tenían agua. Hoy son reclamos turísticos de resorts y de un turismo masificado que tiene acento británico en la mayoría de casos.
Entre ellos, como una gota de leche en un café solo, se fragua Sebe, un proyecto personal que arrancaron hace cuatro años tras salir de otra intentona gastronómica, en ese caso en el interior de la isla.
No obstante, que la cultura culinaria de Santi, que se encarga de la cocina, sea una mezcla entre lo salmantino y lo barcelonés, donde se curtió, no supone un impedimento para que sea uno de los mejores embajadores de la cocina lanzaroteña.
Fue en 2021 cuando Sebe cobró forma, adquiriendo un pequeño local con una escueta terraza en Costa Teguise. Desde ahí, el compromiso. Un retrato de Ferran Adrià preside la cocina. Sin embargo, en Sebe no hay moléculas ni esferas, pero sí una devoción por el producto de este cocinero autodidacta que abandonó la industria de la moda para meterse en este jardín culinario.
Lo hace con el convencimiento de que a Lanzarote le falta quererse un poco más y también respetar al buen productor. "No puede ser que tengas pescados maravillosos o gambas de primera y las revientes en la plancha o en la sartén", lamenta.
También lamenta que haya poca autoestima a ciertos niveles. "También pasa con el vino. Se hacen cada vez mejores vinos y hay más recorrido, pero el canario sigue sin beberlo y los acaba bebiendo el turista", comenta también Begoña, que actúa como jefa de sala y sumiller, poniendo sobre la mesa vinos de pequeños productores, distintos a lo que se suele ver en la propia isla.
Arroces finísimos, pescados bien tratados de punto y mariscos excelsos —dos en concreto— son las armas con las que Santi Benéitez ha convertido Sebe en una meca para comer bien en Lanzarote, una isla que aún no tiene el crédito de las capitalinas pero con potencial para tenerlo.
Es Cristóbal su dealer de mariscos. Trayendo del puerto de La Santa, en el noroeste de la isla, varios productos que ya hacen ruido en el resto de la cocina canaria como son los carabineros y las gambas. Estas últimas, a nivel peninsular obedecen a lo que llamamos quisquillas o camarón soldado.
Con esta materia prima Santi lo tiene claro: "lo que hay que hacer es no maltratar el producto". Algo que le enfada cuando ve lo que se suele hacer con determinados ingredientes en Lanzarote o las islas. "Si quieres un pescado al punto, tienes que decir que te lo pongan crudo", asegura.
Sin embargo, Santi Benéitez tiene claro que el futuro —que no pasa por Costa Teguise en su caso— no es solo de los arroces y pescados que suele servir en invierno. "Es una carta también pensada para el momento más turístico del año", indica, explicando que "más adelante hacemos cosas más gastronómicas".
Eso no quita que el arroz con carabineros que sirve en paella sea brutal y con un punto del carabinero que se come con cuchara, para disfrutar de su cabeza semilíquida, y con tenedor para disfrutar de la cola. O que el tartar de gamba de La Santa que dispone sea de los mejores que se pueden comer en España.
"Es que no tiene sentido que, si tienes un buen marisco, lo destroces en el tartar y lo piques", enfatiza al presentar su tartar, con gamba entera, y con un delicadísimo punto de cocción.
Convencidos del potencial de Lanzarote, arraigados y con un proyecto de vida que sigue descubriendo todo lo que la isla puede ofrecer, Sebe es uno de los arietes lanzaroteños con los que abrir camino. Difícil, ni Santi lo niega, "pues la gente no viene a buscar esto y gastronomía no es que haya un tres estrellas o un gran restaurante, sino que es todo".
Por todo se refiere a que "puedas encontrar una cafetería donde hagan un buen café con un sándwich de buen pan o que no tengas que estar siempre hablando de precio, sino que hables de calidad".
Sebe
- Dirección: Avenida de las Islas Canarias, 12, 35508 Costa Teguise, Las Palmas.
- Horario: de lunes a sábado de 13:15h a 15:00h y de 20:00h a 22:00h.
- Ticket medio: 70€
- Reservas: 928 59 31 55
Imágenes | Mikel Ponce