Ya están los principales mercadillos de Europa navideños a pleno rendimiento, aunque la máxima actividad llegará cuando arranque oficialmente el Adviento. Las ciudades y pueblos brillan con árboles decorados, guirnaldas de luces y decoraciones de todo tipo, y ese ambiente mágico invita a hacer una escapada prenavideña en el inminente mes de diciembre. Elegir a dónde ir puede ser cuestión de evitar las multitudes, y no es nada fácil.
Son muchos los mercadillos navideños que merecen una visita por toda Europa, y los hay para todos los gustos. El problema es que el turismo masivo no se reduce al verano, también en estas fechas tan señaladas nos movemos casi en manadas soñando con un destino de cuento. Al reducir tanto los espacios de interés, pues todos buscamos lo mismo en estas fechas, las aglomeraciones se acentúan. Y en un mercadillo eso se vuelve un verdadero problema que arruina la experiencia.
Por eso una buena elección para viajar en estas semanas es el destino que propone la experta en viajes de la BBC Catherine Boucher, una ciudad a menudo infravalorada y olvidada frente a otros nombres mucho más turísticos y sobreexplotados. Y no es que sea un lugar recóndito y remoto: se trata de Luxemburgo.
La capital del pequeño país situado en el corazón de Europa es el último destino que el equipo del medio británico puso en su ruta por los mercadillos navideños, y resultó ser el mejor de todos. Tras pasar por algunos de los más famosos, y sufrir masificaciones que ellos mismos contribuyeron a aumentar, Luxemburgo resultó ser “una pequeña joya escondida entre Francia, Bélgica y Alemania, un secreto a simple vista”.
La ciudad en sí misma, Patrimonio de la Humanidad, es un destino más que recomendable en cualquier momento del año, sin la turistificación tan acusada que afecta a prácticamente todo el continente, y medio planeta. Pero en estas fechas el centro de atención es el festival Winterlights, “un paraíso invernal que abarca toda la ciudad y que era todo lo que esperábamos encontrar en Europa en Navidad”.
Esculturas iluminadas, árboles decorados y guirnaldas de luces guían hacia el festival, donde esperan las casetas de madera tallada con formas llenas de encanto dando un aire aún más de cuento al mercadillo. Cadenas de luces infinitas, esculturas de Papá Noel con su trineo donde puedes hacerte fotos sin que otros turistas te metan prisa, vendedores artesanos siempre sonrientes dispuestos a charlar, sin colas ni codazos o empujones por lograr un sitio delante de los puestos y mostradores.
El festival de invierno de Luxemburgo está formado por cinco mercadillos repartidos por toda la ciudad, y, según la experiencia de Boucher y su equipo, moverse por las calles es cómodo y agradable, y reina una sensación de paz real que es la que uno imagina en su cabeza al visualizar esos idílicos mercadillos europeos, con su enorme árbol de Navidad decorado como gran protagonista del centro.
No faltan tampoco las especialidades locales para calentar el cuerpo mientras suenan villancicos de fondo, con las gromperekichelcher como plato navideño callejero más popular, unas tortitas de patata saladas servidas con compota de manzana, además de todo tipo de dulces. El festival se completa con conciertos, una noria, pista de patinaje, exhibiciones artísticas, talleres para niños y muchas otras actividades.
Imágenes | Ville de Luxembourg - Fränk Schneider
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