El Paraíso es uno de esos restaurantes a los que se llega por consejo de un amigo o conocido, pero no por casualidad. La carretera que discurre por el Valle de Pop, en la parte interior de la comarca alicantina de la Marina Alta, esconde muchas (¡pero muchas!) sorpresas gastronómicas. El problema es que la mayoría están agazapadas en desvíos de carreteras secundarias o en pueblos tan pequeños y tranquilos que pasan prácticamente desapercibidos. El Paraíso, ubicado en un municipio de apenas mil habitantes llamado Parcent, atesora uno de esos deliciosos secretos: la fideuà de jabalí.
Estamos en una zona de tradición cinegética en la que además hay sobreabundancia de jabalí, esta es la razón por la que Manolo Sala y su mujer, Svetlana Alyabeva, decidieron hace ocho años desarrollar una versión diferente de la fideuà cuyos protagonistas fuesen la carne de este animal autóctono y las verduras de temporada que crecen en los alrededores: cardos, setas, alcachofas, pimiento, judías verdes. El toque final es la rama de romero que prenden delante del cliente para que el aroma a monte invada la paella.
Es además un plato con una proporción muy generosa de ingredientes con respecto a la cantidad de fideos, lo que garantiza muchísima jugosidad y sabor. La carne de jabalí está muy tierna y tiene un sabor muy suave, ya que antes de integrarse en la fideuà, Svetlana lo ha estofado lentamente en una olla aparte.
No nos extraña nada que esta fideuà de jabalí se convirtiese de forma inmediata en el pasaje al éxito de un restaurante que, debido a su ubicación remota, apenas recibía clientes en sus primeros meses de actividad. Actualmente es un lugar para el que hay que pedir reserva con cierta antelación.
Pelotas golubtsy
Pelotas de repollo rellenas de carne, muy tradicionales en Rusia
En El Paraíso puedes disfrutar de esta fideuà junto a un abundante entrante y un postre casero por 22 euros. El menú está diseñado con flexibilidad -algunos principales cuestan un poco más- y una amplia variedad de opciones. Entre ellas hay otras especialidades de caza como el ciervo con salsa de setas y boletus y el ragú de jabalí.
Otro de los platos estrella de este restaurante, que hay que pedir sin dudarlo, es de origen ruso. Svetlana pone todo su amor en las tradicionales golubtsy, unas pelotas de repollo rellenas de carne que vienen bien empapadas en una salsa de receta secreta familiar que te obligarán a pedir doble ración de pan. Una pasada.
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