Si eres cocinero o cocinera profesional, buscas nuevos retos y no te mareas en alta mar, puedes probar suerte postulándote para una oferta de trabajo de lo más peculiar: cocinar a bordo de un barco ballenero en su travesía desde el País Vasco hasta Canadá. Eso sí, tendrás que adaptarte a la cocina, útiles e ingredientes que había en 1565.
Esta es la aventura que propone el proyecto de la nao San Juan que se está construyendo actualmente en la Factoría Marítima Albaola (Albaola Itsas Kultur Faktoria) en el puerto de Pasaia, en Guipúzcoa, que fue durante siglos el principal puerto ballenero de toda Europa. De allí zarpó precisamente el San Juan, uno de los primeros buques transoceánicos que viajaban hasta Terranova, y que se hundió en la costa canadiense de Red Bay en 1565.
La nao permaneció olvidada bajo las aguas hasta que un equipo de arqueólogos de la agencia pública Parcs Canada la localizó en 1978, en un sorprendente buen estado de conservación. Se iniciaría así un complejo trabajo de investigación y documentación del buque que se alargaría casi 30 años, culminando con la creación del museo Red Bay National Historic Site.
Unos años más tarde, el conjunto arqueológico fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2013, pasando poco después el testigo a la Factoría Albaola para continuar narrando la historia del barco. Y esta vez, devolviéndolo a la vida.
A partir de los planos y todos los datos proporcionados por Canadá, el equipo de profesionales de Albaola está ultimando la construcción de una réplica idéntica a la vieja nao utilizando además exclusivamente los materiales y técnicas que se emplearon en el siglo XVI. El proyecto, que desde 2015 cuenta con el patrocinio de la UNESCO y con el apoyo científico del Gobierno de Canadá, quiere ser un lazo que vuelva a unir ambos países a partir de un pasado compartido.
La idea es recrear con total verosimilitud y fidelidad histórica la hazaña que emprendían los marineros vascos en el siglo XVI aventurándose a atravesar el Atlántico, y para ello también necesitan un cocinero que los alimente bien. Un cocinero capaz de lidiar con las condiciones de vida del mar y las limitaciones de una cocina de 1565, cuya despensa no podía ofrecer grandes lujos.
Los alimentos y bebidas que cargaban los buques transoceánicos hace 500 años debían ser nutritivos y resistir sin estropearse durante semanas en la húmeda bodega del barco. Panes deshidratados y galletas duras con el mínimo de humedad, legumbres, pescados secos y en conserva, salazones, tocino, aceite, sidra, ron, vino y txakolí eran gran parte de la dieta habitual, con suerte con alguna fruta resistente, como manzanas, los primeros días.
La peculiar oferta de trabajo se presentó oficialmente en el transcurso de San Sebastián Gastronomika, donde varios chefs cocinaron en varias propuestas de cómo podrían adaptarse las imposiciones históricas a un menú algo actualizado a los gustos de hoy, siempre con la cocina vasca tradicional como base, como la zurrukutuna, la sopa de ajo vasca con bacalao.
El cocinero elegido saldrá de un proceso de selección supervisado por la propia Albaola, y se espera que la expedición parta de Guipúzcoa en 2027. Mientras tanto, se pueden visitar tanto la propia factoría como el interior de la nao San Juan a través de diferentes visitas guiadas previa compra de ticket.
Imágenes | Albaola Itsas Kultur Faktoria - San Sebastián Gastronomika
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