No son esclavas, son empleadas: puedes hacer bastante más de lo que haces en un hotel para respetar a las Kellys

Estar de vacaciones no significa convertirse en un cerdo ni ser desconsiderado con el trabajo de otras personas

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Jaime de las Heras

Editor Senior
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Jaime de las Heras

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Que alguien te sirva no significa que sea tu sirviente. Que alguien, por su trabajo, tenga que limpiar por donde pisas o pasas no significa –ni debe significar– que ensucies más de la cuenta.

Todos, sin embargo, sabemos que cuando estamos de vacaciones y podemos permitirnos unos días en un hotel tenemos, digamos, costumbres algo menos cívicas que las que tenemos en nuestros hogares.

Camas desechas, ropa tirada por cualquier parte, habitaciones sin ventilar, platos de ducha rebosantes de agua (y pelo), cojines desparramados, lavabos a semiencharcar con una colección de objetos alrededor del grifo…

Ser buena gente y considerado con las camareras de piso de un hotel, las denominadas como 'Kellys' como acrónimo de 'las que limpian', no impide que disfrutemos de nuestras vacaciones y, os aseguro, que facilita mucho la vida para un colectivo que se enfrenta no solo a un trabajo duro, sino especialmente precario.

Quizá también sea porque me toca de cerca saber cómo es el día a día de una de ellas. O quizá sea porque me parece de sentido común que ir de vacaciones no es sinónimo de ser un impresentable.

Por la razón que sea, hay algunas cosas que puedes hacer en la habitación de un hotel para facilitar la tarea de las camareras de piso y que, aunque sea un pequeño gesto, si se multiplica por las decenas de habitaciones que deben de hacer al día, se agradece.

Y, si no lo haces por ellas, hazlo por ti. Seguro que en más de una ocasión has llegado a un hotel y te ha dado cierta rabia que la habitación no estuviera lista, no sin pararte a pensar que, quizás, si se facilitase un poco la tarea de las camareras de piso, podrían tener antes resuelto su trabajo.

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No conviertas la habitación en un mercadillo

¿Quieres que te hagan la cama? ¿Que coloquen los cojines? ¿Que no toquen tu ropa más de la cuenta? Perfecto. Entonces no hagas que el sofá o las mesas sean un tenderete de ropa que deban cambiar de sitio o quitar para que hagan la limpieza rutinaria de la habitación.

Composicion De Ropa Y Accesorios En Una Maleta

Es una cuestión de educación y orden. En la medida de lo posible, sobre todo, no dejes la cama completamente llena de ropa cuando sales. Insisto: sé que es difícil y que lo último que nos apetece en verano es ser tan ordenados como en casa.

Eso no quita que, por ejemplo, hagas buen uso de las perchas y de los armarios para así garantizar que tu ropa está en orden, que nadie la toca y que, sobre todo, vas a conseguir tener la habitación impoluta.

¿Hacía falta darle una paliza a la cama?

Lo bueno del verano es que las camas son, en general, más fáciles de hacer. Eso no quita que haya que hacerlas y, sobre todo, que no sean difíciles de hacer en un hotel por su tamaño y por la precisión con la que se hacen.

Por eso, ser un poquito amable y no reventar la cama cada vez que te la hacen, sacando todas las sábanas y pareciendo que te has pegado con el edredón o con la funda, es de agradecer.

Camarera Haciendo Cama

Quizás en verano no topemos tanto con este problema, pero sí es un clásico en las habitaciones en otra época del año, así que procura, en la medida de lo posible, que volver a hacer tu cama tras cada noche no sea una odisea.

El baño no es una piscina (ni una peluquería)

Creo, aunque no lo puedo atestiguar, que muchos interioristas y diseñadores de interioristas tienen muy poco en cuenta el trabajo cotidiano de las empleadas de la limpieza en los hoteles cuando configuran la bañera, el lavabo o el plato de ducha.

Procura que tus duchas no chapoteen más de la cuenta, salpicando fuera del plato o por encima de la mampara y, si ves que el aislamiento de la ducha es insuficiente, llama a recepción para que intenten resolverlo. Mención especial merece el mundo de los pelos en la ducha.

Ducha Colgando De La Pared Borrosa Copia

En la medida de lo posible, elimina y deshazte de los que puedas antes de que las camareras de piso tengan que enfrentarse a ellos. Tampoco, si no es fundamental, uses la bañera y la ducha. Sé que es una tentación, pero tener que limpiar ambas es un suplicio, sobre todo si obedece a un capricho.

Tampoco uses todas las toiletries si no las necesitas, ni todas las toallas. Tampoco llenes todas las papeleras que haya en la habitación si, por casualidad, puedes usar solo una de ellas. Piensa, por un momento, qué supone agacharse a por una bolsa más. Ahora multiplícalo por todas las bolsas que deba recoger y por todos los días que deba hacerlo.

PD: y, si la hay, utiliza la escobilla del váter cuando sea menester para que nadie tenga que hacerse cargo; o no más de la cuenta, de esta ingrata tarea. Aunque sé que cada vez son más los hoteles que prescinden de este elemento, habitual en las casas, pero controvertido en la hotelería.

Cuanta menos arena y 'papelitos', mejor

Esto es un básico de los hoteles de playa y un sinvivir. En la medida de lo posible, cuanta menos arena te traigas de ninguna parte, mejor. Especialmente, si vas a meterla en la habitación y vas a dejar un pequeño reguero de ella por la terraza, el suelo o el baño.

Si puedes, mejor déjatela en la propia playa. O en el paseo marítimo. O en la puerta del hotel, pero intenta que no llegue a la recepción, a tu habitación o a tu cuarto de baño. También, si puedes, no conviertas el plato de ducha o la bañera en un barrizal si escurres allí bañadores o sandalias.

Aparte, doy por hecho que no vas a dejar la habitación repleta de clínex, papeles, servilletas o toallitas desmaquillantes. Lo doy por hecho, aunque sé que sucede. Nadie debería tener que ir recogiendo lo que tires, salvo que tengas dos años, que entonces sí que estaría relativamente justificado.

Tampoco es necesario que el calzado de la calle impregne toda la habitación, ya sea invierno o verano. Si hay zapatillas en la habitación, nada impide que las uses y que no andes por ella con el calzado de calle que, en general, mancha bastante.

Deja los cojines en un mismo sitio

A título personal, desconozco las razones por las que las habitaciones de hotel tienen el síndrome Ikea de llenarse de cojines y almohadas. Sé que 'visten', pero no las entiendo dentro de un perfil práctico y, sobre todo, me parecen un engorro para la personas que luego ha de volver a colocarlas.

Si tienes un sofá en la habitación y una carta de almohadas, no te digo que no uses todas, pero sí que, cuando salgas de la habitación, las dejes más o menos en un mismo lugar para que la persona que tenga que resolver su limpieza lo tenga más fácil y no tenga que ir recogiendo cojines por toda la habitación.

Tu bandeja, en tu habitación

¿Te has comido un sándwich club, una pasta carbonara y has abierto una botella de vino para cenar tarde porque no saliste de la habitación? Enhorabuena, pero no dejes los restos en el pasillo. Puedes llamar al servicio de habitaciones para que lo retiren o, al día siguiente, se hará cargo de ello el personal de la planta, pero tus restos no tienen por qué perfumar las zonas comunes si a ti te molestan.

Mujer En Bata De Bano Con Una Comida Comiendo Papas Fritas

Esto ya no es de kelys o de personal del hotel, sino de civismo en líneas generales. Lo que pidas y comas, lo dejas en tu habitación hasta que te lo retiren, no haciendo al resto partícipes de las mondas lirondas que hayas dejado de la cena del día anterior.

Sé sostenible, 'my friend'

Esto ya no es que pienses en las camareras de piso, ni en ti siquiera, sino en el medio ambiente y en el planeta. Vamos a ver: ¿dónde vamos los españoles de viaje de forma más mayoritaria? Exacto: a lugares con sol y playa, es decir, donde el agua, por regla general, no abunda.

Esto quiere decir que, aunque suene a campaña de greenwashing de los hoteles para ahorrarse dinero (porque también lo es), si puedes usar una toalla en vez de tres, mejor; si puedes darte una ducha en vez de un baño, mejor; si puedes usar el bidé en ciertos supuestos antes que la ducha, mejor. Y así, ad eternum. Si en tu casa intentas controlar lo que gastas de luz, energía o agua, ¿por qué no en un hotel?

Esto aplica, por ejemplo, a que no pongamos el aire acondicionado a todo trapo y luego dejemos puertas o ventanas abiertas. O a que hagamos un gasto ingente de agua cuando podríamos resolver el aseo de forma más sencilla.

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