Palencia es conocida por su románico, pero también tiene uno de los más importantes yacimientos paganos de toda Europa

Muy cerca de Saldaña florece uno de los yacimientos más curiosos de España en una antigua villa bajoimperial

La Olmeda Palencia
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Jaime de las Heras

Editor Senior
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Jaime de las Heras

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Cuando se habla de los encantos arquitectónicos e históricos de la provincia de Palencia, la imaginación suele transportarnos de inmediato a un paisaje salpicado de iglesias y ermitas románicas.

No es para menos. En esta zona del norte de Castilla y León se conserva uno de los conjuntos románicos más espectaculares de Europa. La iglesia de San Martín de Frómista, con su sobria elegancia y su simetría perfecta, es probablemente uno de los máximos exponentes.

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Tampoco se queda atrás la iglesia de Santa María la Real de Aguilar de Campoo, que además alberga un interesante centro de interpretación del románico. O la ermita de Santa Cecilia, en Vallespinoso de Aguilar, situada en un entorno natural que la hace aún más especial.

Estos templos han convertido a Palencia en una referencia obligada para quienes buscan empaparse del arte medieval, pero limitar el pasado de esta provincia solo al románico es no hacerle justicia. Existen tesoros aún más antiguos, aunque mucho menos conocidos, que también merecen su espacio en cualquier ruta cultural. Uno de ellos es la villa romana de La Olmeda, una joya arqueológica que sorprende tanto por su antigüedad como por su impresionante estado de conservación.

La Olmeda Villa romana de La Olmeda.

La villa romana de La Olmeda se encuentra en el término municipal de Pedrosa de la Vega, un pequeño pueblo situado en el norte de la provincia. Desde la ciudad de Palencia hay unos 60 kilómetros, lo que equivale a poco más de una hora en coche.

El yacimiento fue descubierto de forma fortuita en 1968, cuando se realizaban labores agrícolas. Lo que parecía un simple hallazgo aislado se convirtió pronto en una de las villas romanas más importantes no solo de España, sino de todo el Imperio Romano Occidental.

La Olmeda Uno de los principales mosaicos de la Villa romana de La Olmeda.

Construida entre los siglos I y IV d.C., la villa fue ampliándose y embelleciéndose con el paso de los años hasta convertirse en una auténtica mansión rural, típica de las élites romanas que se asentaban en la Hispania interior. Hoy se puede visitar una extensa área de más de 4.000 metros cuadrados, protegida por una moderna cubierta que permite recorrer el sitio sin preocuparse por las condiciones climáticas.

Pero si hay algo que de verdad llama la atención es la conservación excepcional de sus mosaicos, especialmente el gran mosaico del oecus, la sala principal de la casa. Este mosaico, que cubre más de 175 metros cuadrados, representa escenas mitológicas protagonizadas por Aquiles y Ulises, figuras clave de la tradición grecolatina. El detalle, la viveza del color y la narrativa visual de esta obra hacen que muchos expertos lo consideren uno de los mejores mosaicos romanos conservados en la península ibérica.

La visita a la villa es una experiencia muy recomendable tanto para quienes disfrutan del arte como para los apasionados de la historia antigua. El recorrido está bien señalizado y adaptado para todos los públicos, con pasarelas elevadas que permiten observar los restos sin deteriorarlos.

Además, se cuenta con paneles explicativos, audiovisuales y un sistema de audioguías que ayudan a contextualizar lo que se está viendo. A unos pocos kilómetros del yacimiento, en la localidad de Saldaña, se encuentra el museo monográfico que complementa la visita.

Mosaico Los mosaicos a menudo trataban temas cotidianos como la caza, la agricultura o la pesca, pero también temas mitológicos. ©Villa romana de La Olmeda.

Allí se exhiben algunos de los objetos hallados en las excavaciones: cerámicas, monedas, joyas, herramientas agrícolas y otros elementos que permiten reconstruir cómo era la vida cotidiana en esta villa romana de la meseta.

El entorno en el que se encuentra también merece una mención especial. La comarca de la Vega-Valdavia, atravesada por el río Carrión, ofrece un paisaje tranquilo, ideal para una escapada cultural de uno o dos días. Es fácil combinar la visita a La Olmeda con un paseo por Saldaña, una villa con encanto que conserva su aire medieval con restaurantes imprescindibles como Casa Carmelo o la Casa Torcida.

Quesos La Vega Algunas de las referencias de quesos Lavega, como el Lamerón y el Jaspe, ambos de pasta blanda.

Además, si aprovechas la coyuntura por la zona, no podemos dejar de recomendarte que te acerques a Moslares de la Vega, donde está la empresa familiar quesos Lavega, con un pequeño despacho de venta directa desde fábrica, en la que la elaboran referencias tradicionales de quesos de leche cruda de oveja y, también, quesos de pasta blanda de vaca, parecidos en cierto modo a los camembert y reblochon.

En cuanto al mejor momento para visitar la villa, cualquier época del año puede ser adecuada gracias a la protección que ofrece la cubierta sobre el yacimiento. No obstante, la primavera y el otoño son especialmente recomendables por las temperaturas suaves y la belleza del paisaje circundante.

En verano, aunque las temperaturas pueden ser altas, el interior de la instalación permanece fresco, lo que permite recorrerla sin agobios. También conviene revisar el calendario de actividades, ya que en ocasiones se organizan visitas teatralizadas, talleres didácticos y jornadas de puertas abiertas que enriquecen aún más la experiencia.

Imágenes | Villa romana de La Olmeda

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