El Hotel Chiqui se encuentra en un lugar privilegiado de la playa del Sardinero en Santander, un rincón con mucho encanto, de visita obligada sobre todo por su restaurante que goza de unas preciosas vistas tanto al mar como a la mesa, pues este es uno de los hoteles que miman la gastronomía, en sus distintos salones-comedor ofrecen una excelente cocina de vanguardia manteniendo la tradición en los sabores de los mejores productos de la región.
Fue una fortuna para nosotros conocer este restaurante al que sin duda volveremos, el servicio fue excelente y al frente de los fogones un gran profesional, el chef Luis Cordero que nos deleitó con lo que vais a ver a continuación.
Empezamos con un refrescante aperitivo para abrir boca, Mejillón en vinagreta con salsa rosa y chupito de gazpacho, muy rico.
El primer plato ya nos emocionó, un delicioso Queso de Las Garmillas con anchoas y reducción de vino dulce, la calidad de las anchoas del Cantábrico ya las conocéis todos, pero este queso gratinado que descansaba sobre una fina rebanada de pan de pasas y nueces ha sido un grato descubrimiento y su elaboración diríamos que inmejorable.
El siguiente plato ofrece una combinación estupenda, Ensalada de pulpo y aguacate, además de unos tomatitos cherry, anchoas y berberechos aderezados con su pimentón.
Un Cremoso de foie braseado nos ofreció otra bomba de sensaciones al degustarlo, acompañado de una reducción de vinagre y esferas de frutas como la naranja o la pera, inundaba el paladar con una cremosidad y suavidad inaudita, el azúcar moreno tostado ofrecía una textura idónea y un sabor exquisito e inolvidable.
Seguidamente, casi sin recuperarnos de la grata experiencia del plato anterior, nos sirvieron una Patata rellena de marisco con cocochas al pil pil, la patata deliciosa, suculenta y muy equilibrada en sabores, las cocochas carnosas, una textura exquisita, igual en sabor.
Un gran juego de sabores nos deleitó con la degustación de la Lubina asada acompañada de una salsa de erizo, salsa de ajo y vinagreta de piñón, este pescado nos encanta, a pesar de que ya habíamos comido bastante fue imposible no terminarlo, incluidas las crujientes verduritas.
Nos sorprendieron también con dos postres, el primero una excelente Emulsión de yogur griego y leche condensada con mermelada de tomate confitado, muy equilibrado en dulzor, texturas naturalmente suaves y embriagadoras, nada empalagoso, ideal combinación para los golosos y también para los que no lo son tanto, encantó a todos.
Finalizamos con una Mousse de chocolate con crema confitada y helado de leche condensada, una mousse esponjosa y deliciosa, más dulce que el postre anterior pero no así el helado de leche condensada, resultaba suave y favorable para una buena digestión.
Fue una comida de escándalo, como hemos dicho, por su calidad y buen hacer. Si podéis acudir al restaurante del Hotel Chiqui no perdáis la ocasión, podéis disfrutar de un menú degustación a muy buen precio, en torno a los 42 euros (bebidas e iva no incluido).
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