35.000 hectolitros, lo que suponen a unos cuatro millones y medio de botellas, de vino español cruzaron la frontera pirenaica en 2013, año de mala cosecha en Burdeos, y se convirtieron a través de un fraude en vino francés.
El acto, para el que se valieron de caminos cisterna, ha sido visto para sentencia ahora, condenando a cinco personas con penas de hasta dos años de prisión en el mayor de los casos, al haber formado parte de una red que comercializaba vino español que entraba a granel en Francia como vino de Burdeos y vino de mesa francés.
Operativa entre 2014 y 2016, la red habría hecho pasar esos 35.000 hectolitros por diferentes vinos de denominaciones de origen bordelesas como Saint-Émilion, Pomerol, Saint-Julien y Margaux, algunas de las más reputadas dentro del vino francés, pero también se comercializó como vino de mesa francés, pues el precio de salida de este producto sigue siendo mayor que el del vino de mesa español.
Según portales especializados como Vitisphere, el valor del fraude supera los 1,2 millones de euros y, por cantidad de vino y por valor, supondría una de las mayores estafas de la historia dentro del vino francés.
Tras la sentencia del Tribunal Judicial de Burdeos, varios de los implicados no podrán volver a trabajar en el vino, pesando sobre ellos una inhablitación, y las penas de cárcel y multas varían en función de su papel en esta trama que incluye falsificación de documentos, embotellado de vinos fraudulentos, intermediación y venta, lo que también supuso que existieran varias acusaciones civiles durante el juicio.
Es el caso de cinco organizaciones relacionadas con los agricultores, viticultores y elaboradores dentro de Burdeos como son INAO, Confédération Paysanne, Fédération des Grands Vins de Bordeaux, Conseil Interprofessionnel du Vin de Bordeaux y Fédération des Négociants de Bordeaux et de Libourne, que se presentaron también como acusaciones particulares en el juicio, celebrado durante el mes de octubre de 2022, y cuya sentencia se dictó el 26 de enero de 2023.
De esta manera, explican desde Vitisphere habría dos ecuaciones dentro del fraude. La primera la formaban Daniel Banchereau, Sylvie Bernard, Jean-Sébastien Laflèche y Michel Gilin, que se encargaron de comprar vinos españoles a través de un transportista que estaba fletando vino español. Sin embargo, ese flete no se concretó a la empresa de Laflèche, sino que se remitió a Celliers Vinicoles du Blayais, la bodega donde trabaja Gilin y que fue el que transmutó por arte de magia 130 cisternas de vino español en vino de mesa francés.
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Por otro lado, en una segunda ecuación entran los envíos ficticios desde CVB a Defivin, otra empresa encargada de comercializar el vino, que fue donde se convirtió el vino español en vino de distintas denominaciones de origen como Margaux, Saint-Julien o Montagne Saint-Émilion, y que estaba gestionado por Fabien Figerou, el quinto encausado en esta estafa masiva y multimillonario.
Imágenes | iStock EoNaYa / iStock dimarik
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