Nestlé destruye en Francia dos millones de botellas de agua Perrier tras descubrir bacterias fecales

La filial de la compañía suiza ha cerrado indefinidamente la explotación de uno de sus pozos como precaución

Perrier
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La multinacional suiza Nestlé ha ordenado a su filial Perrier en Francia destruir unas dos millones de botellas de agua mineral carbonatada por sospechas de contaminación en la misma. La compañía, según declaraciones a la prensa nacional, afirma que es una medida de precaución al constatar un deterioro de la calidad de en uno de sus principales pozos de extracción.

Situado en Vergèze, departamento de Gard, en la región de Occitania al sur del país, el pozo es uno de los manantiales históricos que llevan nutriendo a la marca francesa desde su creación en el año 1903. Según fuentes de la empresa, las últimas lluvias caídas en la zona a mediados de marzo habrían contaminado sus aguas degradando su calidad al arrastrar diferentes partículas como bacterias fecales.

Nestlé habla de una "desviación microbiológica puntual" y alude al principio de precaución como motivo para la destrucción de las botellas de agua con gas y a la paralización de la fuente, cuyo cierre indefinido ha sido solicitado por las propias autoridades francesas.

El grupo con sede en Suiza no ha especificado el número concreto de botellas destruidas ni ha entrado en muchos detalles, pero asegura que todas las botellas disponibles en los canales de comercialización son perfectamente seguras. Según la la prensa francesa, la marca ha insinuado que en las próximas semanas podría haber cierto desabastecimiento de la marca en las tiendas, de no reanudarse pronto la producción.

Según Nestlé, la actividad de su filial se retomará "en el momento oportuno bajo el control de las autoridades", las cuales han solicitado un reforzamiento de la vigilancia de la calidad del agua, que lleva ya meses en el foco de la polémica en el país galo.

A raíz de un trabajo de investigación periodística, La Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria francesa (Anses) comprobó que la mayoría de fuentes de las que Nestlé extrae el agua en Francia para marcas como Vittler y Perrier están contaminadas. Además, la compañía ha admitido haber aplicado tratamientos prohibidos en el país para mantener la calidad en algunas de sus aguas subterráneas.

Imágenes | Unsplash/Jason Jarrach

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