De Lacasitos y gominolas: el turrón para quienes no buscan tradición navideña sino diversión comestible

Hemos probado este lanzamiento de Navidad y es tan dulce como promete: un turrón honesto relleno de fantasía

Joana Costa
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Joana Costa

Editor

La Navidad siempre trae turrones nuevos, pero la novedad que aúna Fini y Lacasitos juega en otra liga: es pura golosina convertida en tableta, y basta abrir el envoltorio para entender que aquí no hay medias tintas, sino una apuesta firme por un sabor que puedes amar o detestar.

Hemos probado este lanzamiento por cortesía de la marca, y lo cierto es que pocas veces un turrón llega con un mensaje tan claro: esto va de jugar con la memoria azucarada de la infancia. Se trata del nuevo turrón crujiente de chocolate blanco con relleno sabor Fini Jelly Kisses (sus conocidos besitos) y Lacasitos.

Entre el olor a chocolate blanco y ese punto de chuchería que recuerda a las nubes de toda la vida, la sensación es casi la de volver a una merienda de infancia, solo que elevada al extremo más dulce posible.

Desde el primer corte ya se intuye que no estamos ante la versión clásica de nada, sino ante un capricho pensado para quienes disfrutan de lo exagerado en el mejor sentido.

Punto de fresa y nata

El sabor entra directo al recuerdo: ese punto de fresa-nata de las chucherías de Fini, muy parecido al de las nubes de los cumpleaños infantiles, aparece primero. Después viene el chocolate blanco, que (con su elevada proporción de azúcar) sube todavía más el dulzor.

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Interior semicrujiente

A nivel de textura, el crujido medio de los Lacasitos es lo que termina de rematar la jugada. No cruje como un turrón duro ni se deshace como uno blando: es un intermedio juguetón, algo irregular, que recuerda más a romper una chocolatina rellena que a cortar un postre de Navidad.

¿Está bueno? Depende de la tolerancia de cada uno al azúcar. Para algunos será una delicia; para otros, una auténtica bomba dulce. Lo que sí está claro es que cumple lo que promete. Es turrón, sí, pero turrón para quienes no buscan tradición navideña sino diversión comestible o quizás tradición ochentera.

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Toque besito

También es justo decir que no todo el mundo se sentirá cómodo con un sabor tan directo. El toque besito de Fini manda sobre todo lo demás, y quien espere un chocolate blanco neutro seguro que se sorprenderá. Pero ahí reside parte de la gracia: es una colaboración que no intenta camuflar nada ni hacerse pasar por algo más suave de lo que es.

Eso sí, tiene una virtud que abre la puerta a más públicos: es sin gluten y sin aceite de palma. Que un producto tan goloso pueda entrar en casi cualquier mesa, más allá de restricciones o etiquetas, le da un puntito práctico dentro del exceso general.

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Después de acabar la tableta queda esa sensación extraña pero simpática de haber comido un híbrido inesperado: mitad turrón, mitad bolsa de golosinas. Una mezcla que, sin ser para todos los paladares, está claramente pensada para casi todos los públicos.

Si lo tuyo es la Navidad sin complicaciones, con un toque juguetón y un azúcar que no pide disculpas, entenderás perfectamente lo que plantea esta colaboración entre Fini y Lacasitos. Si no, siempre quedarán los turrones de toda la vida, que también tienen su espacio en la mesa.

Foto | Joana Costa

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