Las rosquillas son una de las frutas de sartén más consumidas de nuestro país y su forma de aro, con un agujero en medio, es bien reconocible. Sin embargo, es posible que no sepamos qué fundamento puede tener la forma de las rosquillas.
Lo que sí sabemos, independientemente de los agujeros, es que están buenísimas y que se comen durante todo el año. De hecho, hay rosquillas muy primaverales, como las rosquillas de Santa Clara de San Isidro y las rosquillas "tontas", que también conmemoran al patrón de Madrid.
Sin embargo, no sólo de madridcentrismo vive el mundo de las rosquillas, pues las alternativas son más que variadas en cualquier parte. Eso no quita que, indepedientemente del origen, no tengamos ni idea de a qué razones obedece que las rosquillas tengan un hueco en el centro.
Una duda razonable que Karlos Arguiñano ha expresado en su programa y que ha aprovechado para preguntársela a su hijo Joseba Arguiñano, chef y panadero, mientras hacían en familia unas rosquillas de chocolate.
En este caso, como suele ser habitual, la ciencia y la explicación es bastante más lógica de lo que parece, por lo que Joseba decidió recordar que el invento de las rosquillas se debiera a un marinero que intentó cocinar una masa frita.
Cocina con Joseba Arguiñano (Planeta Cocina)
Como es lógico, la forma de la masa sin agujerear complica la cocción uniforme del dulce en cuestión, justificando así que aquel marinero hiciera un agujero en la masa para asegurar que se cocinase por igual.
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