Cuando planificas una reforma, lo más vistoso son los acabados o el presupuesto estimado. Pero hay otro elemento invisible que puede marcar la diferencia: el seguro de responsabilidad civil del profesional.
Según la tiktoker especializada en contenido @asegurateconmaite, este seguro te protege si, durante la obra, se rompe algo ajeno —una ventana del vecino, una tubería colectiva o incluso una pared común— evitando dolores de cabeza innecesarios.
Además, no basta con que el profesional diga que lo tiene: es necesario pedirle el certificado actualizado. Esto confirma que está legalmente cubierto y que, ante cualquier imprevisto, no será tu patrimonio ni tu seguro del hogar quien responda.
Altas coberturas
El seguro adecuado suele tener coberturas altas que pueden situarse en torno a los 300.000 euros, aunque esto puede variar según el tipo de obra y la normativa local.
Ahora bien, no todo es poseer este documento aisladamente, pues también es clave que la empresa esté al día con trámites legales como licencias y cotizaciones, porque sin ello, cualquier incidente queda fuera de cobertura.
También debes considerar si tu seguro de hogar cubre daños derivados de reformas. En muchos casos, solo si notificas a la aseguradora previamente, la cobertura se mantiene. Lo ideal es que el profesional tenga su propio seguro, evitando que tú debas asumir una responsabilidad subsidiaria.
En resumen: antes de firmar presupuesto o contrato, comprueba que la documentación de este profesional incluya aspectos un contrato escrito con condiciones claras (materiales, plazos, pagos).
También, un seguro de responsabilidad civil vigente y certificado, licencias y legalidad al día, y realizar una comunicación previa con tu seguro de hogar, si aplica. Al final, reformar bien no solo es elegir bonito, sino también seguro.
Foto | Tima Miroshnichenko y Rene Terp
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