Cuando un líder brillante anuncia el fin de algo, pone a todo el mundo en alerta como un gurú. Juan Roig afirmó que las cocinas acabarían desapareciendo. Alarma general en el sector y titulares encendidos durante días. Pero, los datos reales no van en la misma dirección.
En realidad, las cifras no acompañan a la profecía. La industria nacional de mobiliario y equipamiento de cocina está en auge, con indicadores de crecimiento constantes. Y no solo en facturación, sino en innovación, exportación y nuevas alianzas entre empresas. Es decir, nada más lejos de la realidad.
Lejos de desaparecer, las cocinas se transforman. Materiales más sostenibles, soluciones conectadas y nuevos modelos de negocio demuestran que este espacio sigue siendo el corazón de los hogares y una apuesta estratégica para muchos fabricantes.
Según datos publicados por El Economista proporcionados por asociaciones del sector, el país tiene 501 fábricas con una facturación de 1.083 millones de euros, aunque la mayoría de las empresas (el 63,4%) factura menos de un millón y medio
Asimismo, las fusiones entre empresas del sector prometen competitividad, ampliar catálogos y llevar equipamientos de alta gama a precios medios. La integración permite afrontar mejor los retos logísticos, compartir innovación y garantizar una cadena de suministro eficiente.
Por ejemplo, KBV Group es el grupo nacido tras la compra por parte de Abac de la empresa cordobesa OB Cocinas y la riojana Delta, a las que también se sumó el año pasado la compra de la catalana Doca.
"La industria de los muebles de cocina conforman un sector en auge, que se ha ido transformando, ahora con la apertura al salón", explica Sebastián Acedo, director general de la Asociación de Mobiliario de Cocina. "Tenemos márgenes de ebitda del 8 al 12% y en los últimos años hemos estado creciendo a ritmos superiores al 6%".

Espacios sociales
El consumidor de hoy no busca solo muebles: desea cocinas funcionales, pero también personalizables, con colores envolventes, encimeras ecológicas y electrodomésticos inteligentes y barras de ensueño. La cocina se ha convertido en un espacio protagonista, no en uno prescindible.
El auge de las cocinas integradas y abiertas continúa. Los templos culinarios se convierten en espacios de encuentro. Ni fantaseadas, ni en peligro: reinterpretadas y revitalizadas, con influencia nórdica, mediterránea o industrial según la tendencia, pero siempre cocinas.
Los instaladores y diseñadores colaboran con cocinas conectadas: electrodomésticos inteligentes, iluminación ambilight y sensores de gestión de residuos. Todo está pensado para combinar eficiencia energética y experiencia de usuario en un entorno cada vez más digital.
En ningún caso las cocinas están de capa caída, sino en plena metamorfosis: se adaptan, se fusionan y se expanden, dando respuesta al estilo de vida actual y generando oportunidades de crecimiento y empleo en múltiples regiones del país.
Foto | Curtis Adams y Alex Tyson
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