El material que arrasará en 2026 para renovar los suelos sin obras pesadas: genera amplitud y da imagen de modernidad

Se trata de una tendencia que apuesta por continuidad visual, poco mantenimiento y una estética muy contemporánea

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Joana Costa

Editor

Los arquitectos llevan tiempo avisando de que la continuidad visual será el hilo conductor de las reformas que vienen. Los suelos que parecen una única pieza amplían ópticamente los espacios y encajan tanto en casas nuevas como en suelos antiguos. 

En ese escenario, un protagonista inesperado se ha colado en las conversaciones de diseñadores y constructores: el microcemento, un material que no es nuevo pero que no había conocido el auge de los tiempos actuales.

Este revestimiento de base cementosa ha pasado de material experimental a recurso habitual. Su mayor ventaja es que se aplica directamente sobre el pavimento existente, sin demoliciones ni escombros, y con un grosor de apenas unos milímetros que evita desniveles incómodos en puertas o pasillos. 

Se trata de un cambio que se ejecuta en días y no en semanas, algo que suele agradecer el propietario medio. El microcemento funciona como una especie de piel continua que elimina juntas y líneas visibles. 

Esa ausencia de interrupciones genera una sensación de amplitud muy buscada en cocinas abiertas, baños compactos o salones donde conviven varios ambientes. Su estética minimalista permite integrarlo sin estridencias en estilos industriales, mediterráneos o escandinavos.

Más gamas cromáticas

Las gamas cromáticas también se han afinado con el tiempo. Los tonos con alta demanda son los grises cálidos, el beige arena y los blancos rotos, que aportan luz sin resultar fríos. Para quienes prefieren un gesto más contundente, opciones como el negro o el terracota han ido ganando terreno, sobre todo en proyectos que buscan una identidad marcada.

Otro punto fuerte es su comportamiento en el día a día. El microcemento resiste bien el desgaste, la humedad y las manchas, gracias a una capa de sellado impermeable que lo hace apto incluso para duchas o zonas de salpicaduras intensas. No necesita cuidados complejos y tolera el uso cotidiano sin que la superficie pierda uniformidad.

Un material sostenible

En términos prácticos, su carácter ecológico (el de su instalación, más bien) también suma argumentos. Técnicamente, al aplicarse sobre el suelo existente evita generar residuos y reduce el consumo de otros materiales, un factor que se valora cada vez más en reformas responsables. 

Además, su durabilidad minimiza la necesidad de reemplazos futuros, algo que equilibra presupuesto y sostenibilidad. Quienes buscan transformar un piso sin la angustia de las obras encuentran en este material un aliado sencillo

El microcemento resulta especialmente útil en viviendas donde no es viable levantar el pavimento, ya sea por normativa, por presupuesto o por pura logística doméstica. El acabado final, liso y envolvente, parece siempre más caro de lo que realmente cuesta.

Cocina

La tendencia apunta a que 2026 consolidará este tipo de suelos continuos como estándar de modernización rápida. El microcemento responde a una demanda clara: ampliar visualmente, simplificar el mantenimiento y renovar sin desmontar media casa. Y aunque no desplace del todo a la cerámica o al laminado, sí se ha ganado un lugar estable en el repertorio de materiales de moda.

Para muchos, el encanto está en esa mezcla de apariencia sofisticada y obra ligera. Es uno de los pocos materiales capaces de cambiar por completo la atmósfera de una vivienda sin obligarte a desaparecer durante semanas entre polvo y escombros. Una evolución lógica en un año en el que las casas buscan ser más fluidas, más coherentes y, sobre todo, más habitables.

Foto | IA

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