Llegado el deseado verano al hemisferio Norte, muchos de nosotros vamos
a tener unas merecidas vacaciones. No entenderíamos el ocio estival sin
maletas, tardes en la playa, piscina, pero sobre todo, la posibilidad de pasar unos días con la familia... Es tiempo de aprovechar las vivencias compartidas con ellos y con los amigos, porque son las que nos permiten aprender, estrechar relaciones y relajarnos. Y para esto da igual si salimos de viaje, regresamos al pueblo con los abuelos o nos quedamos para disfrutar de nuestra casa sin horarios.
Además, el verano también va ligado a la gastronomía, más aún en España, dónde podemos presumir de saber disfrutar de la comida. Y no sólo
cuando está vinculada a los establecimientos de hostelería y los chiringuitos de playa, sino al placer de elaborar recetas nosotros mismos.