Deliciosos por sí solos para devorar a cualquier hora como si fueran gominolas naturales, los arándanos son las bayas más populares hoy en día en parte gracias a que, por una vez, las redes sociales los convirtieron en tendencia. Llenos de propiedades saludables, también nos encanta preparar todo tipo de recetas con arándanos, y hay una forma muy sencilla de potenciar su sabor tanto en preparaciones dulces como saladas.
El secreto está en una especia que recomendamos a todo el mundo atesorar como parte de los productos básicos de la despensa. En casa es uno de nuestros ingredientes de batalla favoritos, y es que tiene un aroma único, muy particular, que poco o nada tiene ver con el sabor y olor de la hierba fresca al natural.
Hablamos de las semillas de cilantro, también llamado coriandro o culantro (coriander seeds, en inglés), pequeñas bolitas secas de un tamaño similar a los granos de pimienta, pero de tono marrón terroso y ligeramente estriadas, que podemos encontrar enteras o ya molidas en polvo. Como siempre, para aprovechar al máximo su potencial es mejor adquirir la especia completa y machacarlas o molerlas al momento, con un mortero o molinillo.
¿Y por qué es el arma secreta para lograr recetas con arándanos mucho más sabrosas y fragantes? La respuesta está en la ciencia, y la pista la encontramos en 'La enciclopedia de los sabores', libro imprescindible de Niki Segnit.
La enciclopedia de los sabores: Combinaciones, recetas e ideas para el cocinero creativo (Cocina)
La autora nos cuenta en su tesauro del sabor que las semillas de cilantro (Coriandrum sativum) contienen más de un 85 % de linalool, un monoterpeno que se encuentra en los aceites esenciales de más de 200 plantas, incluyendo las mencionadas semillas. Esta sustancia natural tiene multitud de utilidades, incluyendo farmacológicas, pero lo que nos interesa es su uso como compuesto para sintetizar el sabor del arándano azul.
Es decir, si añadimos cilantro o coriandro molido o machacado a cualquier elaboración con arándanos frescos, conseguiremos que las pequeñas bayas tengan un sabor y un aroma mucho más pronunciado, fragante e intenso. Los arándanos tendrán más sabor a arándanos.
Es un truco especialmente útil aplicar en recetas de masas dulces al horno, como los típicos muffins de arándanos, un bizcocho, tartas y pasteles, magdalenas o incluso tortitas, panecillos, bollos y brioche, pero también podemos añadir la especia a platos salados como una ensalada o salsas con arándanos frescos. Es perfecto para añadir a mermeladas, chutneys y compotas, helados, batidos y smoothies, y también al bircher muesli, un cuenco de avena nocturna, porridge o avena horneada.
Y que todo el mundo respire tranquilo; las semillas de cilantro o coriandro no tienen en absoluto el mismo sabor que las hojas de esta planta. Si el cilantro te sabe a jabón, no temas por probar esta versátil especia.
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Fotos | Artem Beliaikin - Mockupo
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