No puedo evitar asociar el Bircher Müesli al verano. Todos los años mi padre prepara un enorme cuenco de esta mezcla de origen suizo aprovechando la gran riqueza de frutas estivales. Confieso que siendo niña me resistí a probarlo por su aspecto poco apetitoso, pero cuando me decidí quedé completamente enganchada a esta saludable receta.
Aunque hoy se conoce por “muesli” a una mezcla de cereales y frutos secos, el Birchermüesli es la preparación original ideada por el médico suizo Maximilian Bircher-Benner a principios del siglo XIX, destinado a los enfermos más débiles. No hay una receta fija, cada familia tiene la suya, y yo os traigo la de mi padre, que siempre lo hace a ojo y usando la fruta que haya de temporada.
Lavar, pelar y trocear toda la fruta.
En un recipiente grande, mezclar los copos de avena con el yogur. Añadir un chorrito de leche para conseguir una textura de papilla espesa. Incorporar toda la fruta y mezclar bien.
Regar con zumo de naranja al gusto hasta conseguir una mezcla húmeda pero sin que sea demasiado líquida. Añadir las pasas y los frutos secos y mezclar bien.
Tapar con film de cocina y dejar reposar en la nevera como mínimo tres horas, removiendo de vez en cuando, para que la fruta suelte bien sus jugos.
Con qué acompañar el bircher müesli
En verano resulta más apetecible servir el muesli frío, aunque conviene dejarlo templar un poco fuera de la nevera para que se asienten los sabores. Resulta un desayuno ideal, pero también está delicioso como cena ligera, acompañado de un buen pan. Si se deja reposar toda la noche, estará aún más rico. Se pueden hacer variaciones infinitas según los gustos de cada uno.
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