Joana Costa
EditorBasta con unas hojas secas y un poco de calor para convertir tu horno en un purificador improvisado. Ni sprays perfumados ni ambientadores eléctricos: solo un remedio natural que actúa como aliado silenciosa contra los malos olores.
El horno, ese electrodoméstico que tanto nos salva en la cocina, también tiene su lado oscuro. Rastro de grasa, humedad y olores acumulados hacen que, incluso limpio, el ambiente se llene de aromas desagradables que se resisten a desaparecer. Pero hay una solución eficaz, barata y casi mágica.
El remedio es tan sencillo que cuesta creerlo. Solo necesitas unas hojas de laurel y una hoja de papel vegetal. Después de limpiar el horno (un paso clave para que el truco funcione), se colocan las hojas sobre el papel y se introducen en el horno precalentado a 150 grados.
Secado lento
Durante unos 20 minutos, las hojas de laurel se secan lentamente. En ese proceso, liberan su aroma característico y aceites esenciales, que tienen propiedades desinfectantes, antibacterianas y neutralizantes. El resultado es un ambiente limpio, seco y con un perfume natural muy agradable.
El uso del laurel como neutralizador de olores no es nuevo. Desde la Antigüedad, esta planta se ha usado por sus propiedades purificadoras, tanto en rituales como en hogares. En este caso, se trata simplemente de aplicar ese conocimiento con un toque contemporáneo y doméstico.
Ideal tras cocinar pescados
Este truco no solo es útil tras una limpieza a fondo. También es ideal tras cocinar pescados, carnes especiadas o platos con ajo que dejan un aroma difícil de eliminar. El calor actúa como difusor natural y hace que el laurel funcione como un desodorante ecológico.
Si se quiere potenciar el efecto, se pueden añadir otras hierbas secas como romero o tomillo. Eso sí, siempre sobre papel vegetal, para evitar que las hojas entren en contacto directo con las bandejas calientes o se quemen prematuramente.
La gran ventaja de este método es su versatilidad económica: cualquier paquete de laurel seco del supermercado sirve. Y si tienes plantas en casa, puedes secar tus propias hojas. Además, el truco también se puede adaptar para armarios o zonas cerradas usando bolsitas de tela con laurel seco.
Así que si la próxima vez que abras el horno notas un tufillo que no sabes de dónde viene, recuerda que tienes una solución sencilla, natural y aromática al alcance del cajón de las especias.
Foto | Montaje Joana Costa/Marek Kupiec
En DAP | Uso el vinagre para limpiarlo todo salvo para estas cuatro cosas
En DAP | Cómo usar el bicarbonato sódico para eliminar los diferentes malos olores del hogar
