La avena hace muchos años que es un ingrediente básico de mi despensa, mi padre me aficionó a ella de pequeña y ahora la tomo casi a diario de mil formas. Últimamente estaba cansada del porridge y una página suiza me dio una idea para preparar esta avena al horno con zanahoria y frutos secos, que encantará a los amantes de la carrot cake.
Lleva un poco de azúcar moreno pero he repetido la receta sin agregarle nada y también queda muy rico, siempre teniendo en cuenta que no es un postre. La idea es combinar una base fina tierna con la cubierta más crujiente, para comer con tenedor acompañado de frutas y yogur o simplemente devorar con las manos sobre la marcha.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja o fuente engrasándola o cubriéndola con papel sulfurizado. Mejor que sea grande para extender la masa sin problemas, aunque podemos usar un molde más pequeño si preferimos que tenga una textura más abizcochada.
Lavar y rallar finas las zanahorias, pelándolas ligeramente. Picar los orejones o pasas -o dátiles, o ciruelas pasas- groseramente a cuchillo. Combinar junto con los copos de avena, el bicarbonato, las especias, la ralladura de limón y el azúcar moreno en un recipiente.
Añadir el huevo y la leche y mezclar bien con unas varillas. Trabajar la masa hasta que quede homogénea y extender en la bandeja. Dependiendo del tipo de avena podríamos obtener una textura diferente; corregir añadiendo más copos o algo más de leche hasta que quede húmedo pero no muy pegajoso, que se pueda extender con la espátula ligeramente humedecida.
Combinar el resto de ingredientes y repartir por encima. Hornear durante unos 25-30 minutos o hasta que esté bien dorado por encima. Esperar unos cinco minutos antes de trasladar a una rejilla o cortar ya en caliente si se prefiere tomar tibio.
Con qué acompañar el pastel de avena al horno
Como decía al principio, esta avena al horno con zanahoria y frutos secos es un excelente desayuno o merienda, deliciosa para acompañar con fruta fresca al gusto y algo de yogur natural. Simplemente con café, té o una infusión es una forma deliciosa y nutritiva de arrancar la mañana recuperar energía a media tarde.
Aguanta bien en un recipiente hermético unos días, en un lugar fresco y seco, aunque la parte superior perderá ese punto más crujiente. También se puede picar todo y servir en un cuenco con leche como si fueran cereales.
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