No había probado los pedos de monja (pets de monja) desde que era una niña. Mis hermanos y yo siempre esperábamos ver lleno el bote que estaba encima de la nevera. Nos dedicábamos a pescarlas mientras flotaban en el vaso de cacao del desayuno o caían a puñados en nuestros bolsillos cuando salíamos a jugar a la calle.
Estas minis galletas de nombre tan original es un dulce típico catalán, lo invento un pastelero italiano que trabajaba en Barcelona. En un principio y gracias a la forma que tenían les dio el nombre de Petto de monca (pecho de monja), pero el sentido del humor de sus clientes transformo enseguida el nombre en catalán de “pit de monja” a “pet de monja”, en poco tiempo pasaron de ser pecho a ser pedo.
Los ingredientes
3 huevos, 150 gramos de azúcar, 250 gramos de harina aprox., la ralladura de un limón.
Cómo preparar pedos de monja
En un bol batimos los huevos, les agregamos el azúcar y lo aromatizamos con la ralladura de limón.
Vamos agregando la harina mientras vamos mezclándolo todo. La cantidad de harina puede variar dependiendo del tamaño de los huevos o del tipo de harina que utilicemos. La mezcla nos debe quedar esponjosa y con una textura espesa, pero que todavía se pueda manejar con la manga pastelera, con una boquilla pequeña y lisa.
Precalentamos el horno a 180º C. Ponemos papel de horno en la bandeja y con la ayuda de la manga pastelera vamos haciendo los pedos de monja de un tamaño aproximado a una moneda de 20 céntimos de euro.
Los cocemos en el horno hasta que los pedos de monja se sequen y cojan un ligero color dorado.
Tiempo de preparación | 30 minutos
Tiempo de cocción | 15 minutos
Dificultad | Baja
La degustación
Serviremos los pedos de monja una vez fríos como cualquier galleta.
Son unos bocados muy divertidos para los niños (y no tan niños), tanto para comerlos como para hacerlos.
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