Antes era muy complicado -salvo para quien tenía amigos cazadores- poder disfrutar de una perdiz en escabeche casero, ya fuera deshuesada para enriquecer las ensaladas, o para comer tal cual a la hora del aperitivo, pero ahora encontramos perdices en los mercados y pollerías con mucha facilidad.
La perdiz es un ave de caza de gran sabor y es perfecta para cocinar en escabeche, una excelente forma de conservarlas -duran perfectamente una semana en la nevera- y también para variar en nuestras recetas de legumbres, -por ejemplo, unas alubias o judías blancas con perdiz son una delicia-.
Para hacer nuestras perdices en escabeche, lo primero que tenemos que hacer es tenerlas bien limpias. Si las compramos en una pollería, estarán listas pero si son de cazador, lo primero será desplumarlas y limpiarlas bien por dentro, antes de cocinar. Aquí podéis ver cómo hacerlo sin dificultad.
Cortamos las perdices en cuartos y las doramos en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva. Reservamos. En el mismo aceite, doramos los dientes de ajo sin pelar y la hoja de laurel. Después añadimos la cebolla en trozos y las zanahorias en rodajas, las bayas de pimienta y una pizca de sal.
Tras un par de minutos, reintegramos las piezas de perdiz a la cazuela y agregamos el vinagre y el vino blanco, y el agua necesaria para cubrir las perdices sin rebosar. Dejamos cocer tapadas, a fuego muy lento, durante 45 minutos y comprobamos que las perdices están tiernas pinchando con un palillo, ya que a veces hace falta un poco más de tiempo.
Dejamos enfriar las perdices en su líquido y lo pasamos a una fuente o táper, para meterlas a la nevera y dejar que se asienten los sabores. De un día para otro están estupendas. Tras esa espera, podemos consumirlas en frío o en caliente, o si las queremos para ensaladas, es preferible deshuesarlas y aprovechar solamente su carne y el líquido, desechando las verduras.
Con qué acompañar las perdices en escabeche casero
Las perdices en escabeche son estupendas para tomar solas, con aperitivo, con un buen pan casero y una cervecita. También son ideales, como os contaba, para hacer potajes con alubias o lentejas, a las que aportan un sabor estupendo, agregándolas en los últimos 15 minutos de su cocción.