
Si hay una bebida asociada al verano y las vacaciones, esa tiene que ser la horchata de chufa. Pasa desapercibida durante el resto del año, pero es arrancar el calor y llenarse los lineales del supermercado de botellas y bricks de horchata. Junto a ellas los fartons, con quienes forma una pareja la mar de bien avenida, y que podríamos completar con un agua de valencia, para redondear el homenaje a esta tierra.
Preparar horchata de chufa casera es bien sencillo, pues no hay más que triturar chufas previamente hidratadas con agua y azúcar (nosotros nos permitimos la licencia de añadir piel de limón y canela).
Es importante contar con un robot de cocina robusto o una batidora de mano o de vaso potente. Por lo demás es pan comido.
Dependiendo del tamaño de nuestra batidora, puede que tengamos que dividir los ingredientes por la mitad y triturar en dos tandas. Colocamos las chufas escurridas en el vaso de una batidora junto con el resto de ingredientes. Trituramos a velocidad creciente para que no sufran las cuchillas.
Cuando las chufas estén bien trituradas y no queden trozos grandes, pasamos la mezcla por una malla fina (también podemos usar un chino). Apretamos con fuerza para que salga la mayor cantidad de horchata posible.
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Con qué acompañar la horchata de chufa casera
La horchata de chufa casera se debe guardar en la nevera y consumir en el transcurso de una semana como máximo. Podemos servirla con unos hielos, si nos gusta bien fresquita, espolvorear un poco de canela en la superficie y acompañar de fartons, bizcocho, galletas o similar. Es una merienda de verano estupenda.
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