Jaime de las Heras
Editor SeniorLa Navidad es a la falta de previsión en las compras y en la cocina lo mismo que un iceberg en la ruta de un transatlántico: una catástrofe asegurada. Rara es la casa en la que no sobra comida a espuertas, ya no solo en la nevera, sino puesta en marcha en la mesa y que luego se vuelve, a veces tal y como salió, al frigo para taparse con un poco de papel film esperando una ocasión mejor.
Algo parecido al típico tercer portero que siempre se convoca en el Mundial de fútbol y que, con toda probabilidad, solo vaya a sudar en los calentamientos. Por eso, si has preparado algún tipo de pollo en Nochevieja, tenemos una forma de resolver los remates de tu asado con una ensalada fácil e invernal con dos compañeros de viaje curiosos: el queso y las fresas.
Queso seguramente también te sobre, aunque puedes comprar algún queso de cabra fresco para esta ocasión, que es lo que te recomendamos. No obstante, puedes hacer la ensalada con el queso que quieras. El tercer ingrediente clave son las fresas, ahora en uno de sus mejores momentos del año, y que nos permiten aportar un contrapunto ácido y dulzón al mismo tiempo.
Como es lógico, ciencia aquí no hay ninguna. Simplemente, desmiga la carne de pollo que ya tuvieras asada o cocinada a la plancha y atempérala un poco. Aparte, en un bol o ensaladera, añade la hoja verde que más te te guste –o que tengas– y allí añades el pollo deshilachado, las fresas cortadas en láminas, los taquitos del queso y vertéis el aliño.
En este caso, una vinagreta sencilla, moviendo con fuerza en un tarro cerrado o con unas varillas un poco de aceite de oliva virgen, de vinagre y de miel. La jugada crujiente se remata con unos kikos, pero puedes apostar también por cualquier fruto seco que tengas por casa.
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En DAP | Ensalada de fresas con pollo, queso fresco de cabra y maíz tostado
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