La batata o boniato es uno de esos alimentos que casi podemos encontrar todo el año, pero que permanece como un producto típicamente otoñal. Es además en los meses fríos cuando más apetece cocinarlo de la manera más simple, asado al horno, tan sencilla como deliciosa. No se necesita más que un ingrediente, el tubérculo en sí, admitiendo luego todo lo que uno quiera.
Lo ideal sería poder prepararlo en un horno de piedra, sobre brasas o con la leña de una lumbre en la que también asar castañas, pero cualquier horno doméstico nos servirá para esta tarea. La cantidad de boniato o batata que asemos dependerá de cuántos seamos en casa, para qué lo vamos a usar o lo mucho que nos guste. Aunque, ya que nos ponemos, recomendamos aprovechar y siempre asar un poco de más.
Si el horno falla o no puedes utilizarlo, recuerda también se puede cocinar el boniato en el microondas o incluso en olla de cocción lenta, además de cocerlo o saltearlo directamene en la sartén.
Precalentar el horno a 200ºC con aire o 220ºC con calor arriba y abajo. Forrar una bandeja o fuente refractaria con papel sulfurizado o papel de aluminio, o engrasar ligeramente con aceite si se prefiere.
Lavar muy bien las batatas o boniatos con agua, frotando a conciencia la piel para retirar restos de tierra; suelen venderse ya previamente lavados pero no viene mal cepillarlos con un cepillo especial de tubérculos, sobre todo si se han comprado en un mercadillo de productores. Secar bien.
Pinchar por toda su superficie con un tenedor simplemente para atravesar la piel y colocar separados en la bandeja. Hornear a media altura durante unos 45-55 minutos, según tamaño. La piel debe estar crujiente y algo tostada, con la pulpa muy tierna, y habrán salido algunos jugos al exterior. No hace falta darles la vuelta.
Con qué acompañar la batata al horno
Los que recordamos el olor de la batata asada ligado a recuerdos de la infancia en casa de los abuelos disfrutamos del boniato recién hecho simplemente con una cuchara, aunque podemos enriquecerlo con buena mantequilla, dejando que se funda lentamente con el calor, o aceite de oliva virgen extra y un poco de sal. Para darle un toque dulzón no es mala idea espolvorearlo con canela molida y un poco de miel o azúcar moreno. Su carne asada se puede aprovechar para hacer una crema o puré, para hacer bizcochos o panes y dulces como panellets, tortitas o galletas, como haríamos con la calabaza.
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