Esta está siendo la semana de las presentaciones poco convencionales de platos tradicionales. Si el otro día os enseñaba unos huevos con jamón en baguette, hoy es el turno de un pastel de macarrones a la boloñesa que estoy seguro encantará a pequeños y mayores.
En esencia es la misma receta de macarrones de toda la vida. De hecho, podemos utilizar alguna otra salsa --la de macarrones con queso al estilo americano le va también muy bien-- ya que lo importante es el tipo de macarrón (en realidad son tortiglioni) y la forma de disponerlos a la hora de gratinar.
Comenzamos preparando unos macarrones a la boloñesa como lo haríamos toda la vida. Calentamos agua con sal y cuando rompa a hervir echamos la pasta. En este caso es importante cocerla muy al dente. Por otro lado doramos una cebolla picada en una sartén con un poco de aceite, luego añadimos la carne y por último el tomate frito.
El asunto "delicado" viene a partir de aquí. Una vez escurridos los macarrones, espolvoreamos un poco de parmesano rallado y los colocamos "boca arriba" en un molde de tarta, de forma que se vean todos los agujeros de los macarrones. Luego cubrimos con la salsa de tomate y rematamos con la mezcla de quesos.
Por último, horneamos durante 15 minutos en la zona alta del horno a 225 ºC, hasta que el queso se gratine, y listo, en cuanto desmoldemos con cuidado tendremos nuestro pastel de macarrones lista para servir.
Con qué acompañar el pastel de macarrones
El pastel de macarrones sabe igual que unos macarrones a la boloñesa --o la salsa que elijamos-- pues al comérselo se desmonta, pero lo que es innegable es que es una presentación que no tiene rival.
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