El jengibre llegó a nuestras vidas a raíz de la expansión y moda de la cocina asiática, donde es un ingrediente muy común la gastronomía de muchas culturas. También ha sido tradicionalmente un producto básico de la medicina milenaria que la ciencia sí ha podido respaldar en muchos de sus beneficios, particularmente digestivos. Es muy útil tanto para prevenir el malestar como para reducir molestias como nauseas, gases, inflamación o incluso dolores ligados a otras patologías.
Como ingrediente, el jengibre despierta pasiones enfrentadas, pues tiene un sabor y un aroma muy particulares a los que, de entrada, cuesta acostumbrarse, generando más rechazo en quienes no disfrutan mucho de la comida picante. Pero no es difícil acostumbrar al paladar a sus propiedades organolépticas, ya que tiene también algo de poso reconfortante, y combina muy bien con otras especias y sabores que nos resultan más cotidianos, como la canela, la nuez moscada, los cítricos, el laurel, la miel, la calabaza, la manzana o las frutas de hueso.
Los beneficios digestivos del jengibre
Como afirman en la revista de salud de la escuela médica de Harvard, el jengibre tiene un gran poder contra los males digestivos gracias a, en gran medida, su contenido en gingerol, un compuesto bioactivo que aumenta la velocidad a la que los alimentos salen del estómago y continúa a través del proceso digestivo por los intestinos.
Además, contiene compuestos con propiedades antiinflamatorias que ayudan a aliviar la hinchazón, los gases, el ardor y el reflujo, disminuyendo también el dolor y los calambres asociados a malas digestiones. Asimismo, puede ayudar a prevenir y tratar las nauseas y los vómitos en determinadas condiciones, por ejemplo en mujeres embarazadas o procesos de gastroenteritis, intoxicaciones o gripe.
Los últimos estudios también atribuyen al jengibre el poder de reducir la inflamación asociada con la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, la artritis reumatoide, la psoriasis y el lupus, y suele ser muy bien tolerado por pacientes en tratamiento de quimioterapia.
Cómo tomar jengibre regularmente para aprovechar sus beneficios
Podemos consumir jengibre al menos de tres maneras sencillas de incorporar en nuestro día a día, según nuestras necesidades y tolerancia.

Jengibre fresco. Es la forma más natural, fácil y sabrosa de aprovecharlo. Hoy día tenemos jengibre fresco envasado o a granel en casi cualquier frutería o supermercado, y es la opción más económica. Una vez en casa conviene guardarlo en un lugar fresco, oscuro y seco, o en la parte menos fría de la nevera si no lo vamos a gastar pronto, y se puede congelar rallado sin piel. Además de usarlo en recetas, puedes hacer una infusión de jengibre picando un trocito previamente pelado, dejándolo infusionar 8-10 minutos con agua recién hervida.
Jengibre en polvo. La especia molida es ya un básico de cualquier despensa, sobre todo empleada en recetas dulces, pero también es un buen sustituto a la raíz fresca en platos salados. Puedes añadirlo como harías con la canela, a infusiones, café, leche o bebida vegetal fría o caliente, etc.
Suplementos. Se pueden adquirir suplementos concentrados de jengibre si no te gusta su sabor, aunque algunos de sus componentes pueden verse reducidos. Comprueba que no llevan ingredientes añadidos y que estén fabricados por una firma fiable, siempre sin superar las cantidades recomendadas.
Infusiones comerciales. Hoy día también hay numerosas infusiones ya preparadas para mezclar con agua caliente a base de jengibre, y puedes probarlas con sabores añadidos, por ejemplo con cúrcuma, naranja, canela, rooibos, etc.
También existe el jengibre confitado, los caramelos de jengibre e incluso gominolas, pero estas opciones son más bien un capricho de consumo ocasional. Si bien el jengibre confitado puede aliviar las nauseas, tiene mucho azúcar añadido y no se debe abusar de él. Los caramelos sin azúcar pueden ayudar a aliviar el dolor de garganta.
El jengibre se puede consumir a diario siempre que no desplace a otros alimentos y no superemos las dosis recomendadas máximas por persona al día; por muy sano que sea, cualquier alimento en exceso puede ser contraproducente. Se recomienda, como guía, no superar los 3-5 g de jengibre fresco al día; en los suplementos lo mejor es consultar con el fabricante. Para beneficiarte de los efectos digestivos, toma las infusiones inmediatamente después de consumir alimentos, o ingiere la bebida junto con la comida, en lugar de agua.