Jaime de las Heras
Editor SeniorMientras algunos hosteleros en Mallorca e islas Baleares viven un verano frenético, empeñados en hacer el agosto, otros, por desgracia, se han visto obligados a cerrar temporalmente.
El restaurante Casa Fernando, un establecimiento mítico que se ha ganado un hueco entre los más reputados de la zona, ha tenido que echar el cierre por orden de los bomberos.
La decisión llegó este lunes a manos del cuerpo de Bomberos de Palma, que procedió a precintar el local situado en la calle Trafalgar, en la zona de Coll d’en Rabassa, tras descubrir grietas preocupantes en los pilares del edificio. Esas fisuras surgieron como consecuencia de unas obras que se estaban realizando en los pisos superiores del inmueble colindante.
En ese momento, no se había presentado ningún estudio geotécnico o de cimentación, lo que provocó que los bomberos suspendieran los trabajos hasta que se presentara un informe técnico con garantías. La urgencia de la acción se vio acrecentada por la gran afluencia de clientes, típica en esta época del año.
La medida se adoptó bajo la supervisión del Departament de Disciplina Urbanística i Seguretat dels Edificis del Ajuntament de Palma. La intervención fue clara: sin un informe que avale la estabilidad del edificio, el riesgo para los que trabajan y consumen allí es demasiado grande. De ahí que los bomberos instaran al cierre inmediato.
Ante esta situación, el propio restaurante ofreció una comunicación directa en su página web y portal de reservas. El mensaje rezaba así: "Estimados clientes: Por motivos ajenos a nuestra voluntad y siguiendo indicaciones de las autoridades, nuestro restaurante permanecerá cerrado temporalmente durante aproximadamente una semana para garantizar la seguridad de todos", del que se hacen eco en el medio local Última Hora.
Además, aseguraban trabajar para reabrir lo antes posible, con la misma calidad y servicio de siempre. También aprovecharon para agradecer la comprensión y el apoyo recibido por parte de sus seguidores y clientela.
Desde la propiedad explicaron que no tienen ninguna vinculación con las obras que originaron las fisuras. Aclararon, además, que ya han iniciado acciones legales en relación con aquellos trabajos que han desencadenado esta situación. El restaurante quiso destacar que las obras no formaban parte de su proyecto, por lo que no asumían ninguna responsabilidad directa en el riesgo estructural detectado.
La acción de los bomberos no fue arbitraria. Señalaron que esas grietas aparecieron en los pilares que sostienen el edificio. El incremento de carga por esas obras realizadas sin un estudio previo aumentó el peligro.
Lo justo fue interrumpir todo hasta que se garantizara que no hay riesgo de colapso o daño. Una semana podría ser suficiente para elaborar el informe, presentarlo y, con suerte, levantar el precinto y reanudar las obras con total seguridad. Mientras tanto, Casa Fernando permanecerá cerrado.
Imágenes | Casa Fernando
