Este fin de semana estuvimos invitados en la Fiesta del aceite nuevo y del vino de La Boella visitando el molino de aceite, conociendo un poco más sobre el vino y el aceite que elaboran con diferentes catas, etc. Ya os contaré más en profundidad lo interesante que resultó esta parte del viaje. Ahora quiero centrarme en otra, en la que a lo mejor me sorprendió un poco más. La parte “hostelera” de La Boella, y el menú que pudimos degustar en su restaurante Espai Fortuny.
Yo reconozco que soy muy sensiblero, y cuando me meten en cocinas profesionales o casi industriales no puedo evitar pensar en mis comienzos profesionales en una cocina. Y claro, a mi me dijeron que íbamos a ver olivos, aceite y vino. No un complejo hostelero de primera, además de realmente un espacio muy hermoso.
La Boella, hotel, restaurante y cocina central
Cuando se entra a La Boella, se accede por una carretera de unos 500 metros y franqueada por olivos a los dos lados de la carretera. En seguida se ven algunos pequeños edificios, un pequeño hotel, unas oficinas, al fondo el molino y poco más. Nada hace presagiar, realmente, el poder “hostelero” que tienen en la finca.
Un pequeño hotel, con nombres de las variedades de olivas de la zona, bien decorado, tranquilo, con espacios. Aquí, pensé en mis compañera de Decoesfera, seguro que le hubiesen sacado mucho más jugo a la visita en que yo. La parte más antigua del complejo engloba diferentes zonas, la cocina del restaurante, una cocina central que elabora para hoteles que tienen en Salou, una pastelería y la zona de preparación. Mucha de la producción la realizan en esta finca en una cocina situada en la zona de abajo, oculta totalmente a la tranquilidad que se respira en toda la finca.
Menú Elixir dorado
Aunque lo que realmente nos esperaba después de visitar y conocer todo el complejo no era otra cosa que un menú del restaurante de La Boella donde cada plato iba delicadamente acompañado por un aceite de oliva virgen extra, de la propia finca, diferente.
Para empezar nos pusieron un aperitivo de caballa en escabeche. Debo decir que me encanta que en los restaurantes se reivindiquen productos, no solo de la zona, si no que a priori tienen un origen humilde.
Ir esta temporada a Cataluña y que no te sirvan una “crema de ceps” debe ser complicado. En formato aperitivo con un huevo escalfado de codorniz la verdad que da un buen juego.
El primer plato principal, se trataba de un plato de verduras de una huerta propia que tienen en La Boella con aceite arbosana. De hecho, el plato recibe el nombre del aceite. Las verduras todas cocidas al dente. Una especie de panaché bien formado y estructurado.
Seguimos por un bacalao confitado en aceite arbequina con estofado de sepia y erizo de mar. Una combinación muy curiosa pero efectiva. Y es que si lo pensáis bien el bacalao se suele acompañar de salsas o guarniciones con mucho potencial. Y en este caso estaba muy rica la guarnición. Tal vez al bacalao, y por poner alguna peguilla, le faltaba un poquito más de tiempo para estar tierno, tierno.
Y después de la verdura y pescado tocaba la carne. Un cochinillo con parmentier de patatas y peras al vino. Y qué decir, pues nada, que el cochinillo, cochinillo es y a mi me encanta. Ya deshuesado, con su piel crujiente, muy correcto.
Antes del postre, un “pre postre” como lo llamaron. Una evolución del típico sorbete de limón. Un granizado de menta con cítricos y aceite arbosana. Los cítricos eran una espuma de lima y un helado con albahaca.
Terminamos con un bizcocho de aceite con texturas de piña. Realmente rico, muy esponjoso.
Restaurante La Boella
Cocina mediterránea
Autovia Tarragona-Reus (T-11), Km. 12 – 43110 La Canonja (Tarragona)
Teléfono: + 34 977 771 515
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