Las patatas viven en esa categoría de alimento tan cotidiano que a veces se olvida revisarlas con atención. Y, aun así, todos hemos cocinado alguna con un pequeño tono verdoso creyendo que no pasa nada.
En un vídeo reciente de Instagram, un agricultor rompe esa falsa confianza con una advertencia clara: esas manchas pueden provocar diarrea. Según explica el experto en horticultura de la cuenta @maximiliana.es, el origen está en la solanina, un compuesto natural que aumenta cuando el tubérculo recibe demasiada luz.
El agricultor explica que la coloración verde no es solo un problema estético, sino un indicio de que la patata ha activado un mecanismo de defensa. Algo así como un no me toques vegetal que puede sentar mal si se consume en exceso.
El mensaje es directo: si la parte verde es mínima, se corta; si está muy extendida, mejor tirar la patata, ya que estos brotes señalan la gran presencia de solanina en el alimento. Este compuesto es garantía de una digestión delicada, una digestión poco recomendable.
Toxicidad natural
La advertencia no pretende generar pánico, sino recordarnos que incluso lo más habitual tiene sus normas. Guardar las patatas a oscuras y en un lugar fresco y seco no es una sugerencia, sino una medida básica para que no desarrollen esa toxicidad natural.
El vídeo del agricultor funciona como un pequeño recordatorio rural que a muchos les hacía falta. Esto se corrige con un almacenamiento correcto que evita todo riesgo para mantener la cocina en calma.
Ciertamente, esta recomendación no es nueva. La solanina está estudiada desde hace décadas y su presencia es conocida por nutricionistas y agrónomos, y en general por gran parte de la población, pero pocas veces llega a la conversación cotidiana con tanta claridad como en este vídeo.
Se trata, al fin y al cabo, de una advertencia sencilla con consejo práctico incluido al alcance de cualquiera. Jugar con estos brotes verdes y deshacerse de ellos simplemente amputándolos con el pelador no elimina el problema, tampoco cocinar la patata a elevadas temperaturas.
Lo cierto es que comer patatas excesivamente verdes puede sentar mal. Y sí, las hemos comido, pero eso no cambia lo que son pese a una costumbre arraigada con un riesgo discreto, pero riesgo al fin y al cabo.
Aunque no pasa nada por un bocado aislado, pero la repetición sí puede generar malestar. Como todo en la cocina, la clave es observar. En cualqueir caso, el experto recomienda desechar las patatas cuando presentan esta característica.
Fotos | @maximiliana.es
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